✘ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅᴏꜱ

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Viernes 11 de Marzo del 2022

Seúl, Corea del Sur.
4:45 p.m.

Aproximadamente ocho horas después del primer contagio.

...

El sol tan brillante y bochornoso estaba en su punto máximo de la tarde, no había ninguna nube que opacara su impactante fulgor. Una parvada de avecillas pasaba por el cielo tonalidad celeste cantando su canción, anunciando de esta manera el transcurso de un día nuevo en la ciudad de Seúl, Corea del Sur. Los ciudadanos coreanos transitaban por las calles rumbo a sus trabajos, academias o actividades cotidianas al igual que Park Jimin, el joven y famoso beisbolista, que caminaba enérgicamente por una de las avenidas más transcurridas de la capital del país, parándose en todas y cada una de las tiendas departamentales que observaban sus ojos avellanas.

Un viernes cualquiera para muchos, pero no para Jimin. Se hallaba en la víspera de la celebración en donde finalmente haría formal su relación con Park Chaeyoung, una hermosa chica que conoció en la universidad un año atrás. Jimin estaba emocionado y nervioso también. Llevaba organizando ese día desde hacía semanas atrás, casi como si fuese una pedida de mano. Algo dramático. Esperaba que su relación con ella prosperara, nunca había encontrado mejor partido y su familia la aprobaba.

—¡Mira esos vestidos, SeokJin! ¡Son preciosos! Ven, vamos a entrar — indicó Jimin e ingresó a la tienda mientras escuchaba los inagotables reproches de su hermano mayor a sus espaldas.

—Más vale que te decidas de una vez. Ya entraste en absolutamente todas las benditas tiendas de las últimas cuatro manzanas y todavía no has comprado nada. ¡No puedo más! ¡Estoy exhausto!— exclamó Park Seokjin, quien trataba de seguirle el ritmo a su hermano menor.

A leguas se notaba que Seokjin ya estaba cansado, ruborizado y sudado, su cabello rubio estaba pegado a su frente, después de la larga caminata que venían emprendiendo desde las diez de la mañana a diferencia de Jimin que seguía fresco gracias a su cuerpo atlético.

—¿Estás agotado tan pronto? — le preguntó Jimin con un poco de gracia.

—El deportista de la familia eres tú, no yo, chiquillo presumido — dijo Seokjin indignado, limpiándose el sudor de la frente con una servitoalla que llevaba en su bolsillo —. Cuando me pediste que te acompañara no mencionaste que íbamos a caminar todo el santo día bajo el sol. Espero no encontrarnos con nadie conocido o estás muerto. Mira como estoy sudando. ¡Qué dirá la gente de mi! — exclamó dramáticamente.

Jimin rió un poco.

—Lo lamento. Realmente no pensé que demoraría tanto tiempo, pero necesito el regalo de Roseanne y nada de lo que hemos visto me ha agradado lo suficiente — explicó, apenado y le mostró una prenda —. ¿Te gusta esto?

-¿Pero para que tanto regalo? ¿acaso no le basta con tener el amor del beisbolista estrella? - interrogó el mayor de los Park y Jimin únicamente viró los ojos sin darle relevancia a ese último detalle.

—Bueno, ya sabes como soy, quiero que sea una noche inolvidable — fue su respuesta.

—Claro que será inolvidable si ve que le regalaste esa... cosa. Dios, ¿no encontraste algo más horroroso? — Seokjin apuntó la prenda en sus manos.

—¿Qué tiene de malo? — preguntó el castaño. Esos extraños olanes en el busto le daban un toque clásico como en época victoriana.

—Si quieres que parezca una monja, si — SeokJin le arrebató ese espantoso pedazo de tela para descartarla y comenzó a buscar algunas prendas en los estantes —. Ahora recuerdo porque pediste mi sofisticada ayuda. Tienes pésimo estilo de la moda, hermanito — dijo burlándose.

ᴛʜᴇ ᴇɴᴅ ᴏꜰ ᴛʜᴇ ʀᴏᴀᴅ 〤 ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora