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Martes 30 de Mayo del 2023Gimhae, Corea del Sur.
4:00 a.m.Un año, dos meses y dieciocho días después del primer contagio.
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Hubo un momento en donde el pánico lo enajenó por completo, lo cegó y sus pies actuaron por sí solos. La desesperación es para aquellos que ya no tienen esperanza, dijo alguien famoso alguna vez, y era completamente cierta. Ya había tenido suficiente.
Jimin corría, corría de la oscuridad que lo perseguía y estaba a punto de atraparlo entre sus garras, corría desesperadamente entre los arbustos frondosos mientras se daba de manotazos con las ramas rasposas, tratando de escapar de la gente de Dakho, de los mordedores, de Jeon absolutamente todos. Corría con Byron a su lado, qué era lo único que necesitaba, corría sin mirar a sus espaldas, pasando de largo la fogata que era la única luz existente en ese momento.
Ignoró la forma en que su cuerpo maltratado se estremeció a medida que se alejaba cada vez más por un rumbo desconocido y obscuro. Realmente estaba escapando. Escuchaba a Jungkook llamar su nombre detrás suyo mientras lo perseguía como un maldito tigre hambriento.
Jimin no estaba pensando claramente. Fue un impulso momentáneo. Sabía que no escaparía, Jeon iba alcanzarlo en cualquier momento, pero de repente todo fue demasiado para él, la carga física y mental, y su única salida fue correr. Estaba asustado. Tenía las emociones a flor de piel, pues su mente se quedó en el feroz altercado que vivió en carne propia y no quería volver a repetir.
Sentía que finalmente lograron hacerlo perder la cabeza. El panorama le daba vueltas, las ilusiones auditivas de sus risas histéricas hacían ecos en su cabeza. Se burlaban de él. La oscuridad empezaba a consumirlo todo, consumir sus esperanzas y deseos, consumir a sus amigos, consumirlo a él mismo.
Mareado por el arranque de locura, Jimin se tropezó y cayó sobre el suelo. No hizo un intento por levantarse y se quedó allí, lamentándose. Le dolía el cuerpo entero e hizo lo posible por no darle importancia al constante dolor en su cuello magullado y tórax lastimado. Estaba aguantando no quebrarse como el blando que era. No quería confirmar la razón por la cual los demás querían aprovecharse de él, por ser débil.
Por no querer actuar igual a ellos y perder su humanidad.
Todavía sentía las manos calientes de aquel hombre recorriendo su cuerpo, haciéndole asquear y enfadar al mismo tiempo, jamás creyó que viviría algo así y era horrible. Desesperado, se tallo la piel de su cuello desnudo en donde lo había besado. Quería gritar.
Nunca le había dado gusto la muerte de un ser humano hasta que el hombre cayó de bruces delante suyo y Jungkook acabó con él.
¿Era espantoso tener ese tipo de pensamientos?
Dio comienzo una nueva etapa en la lucha por la supervivencia a la que debía ajustarse antes de que fuera demasiado tarde. De no hacerlo perecería como el contrincante más débil, porque no cabía duda que lo era en este momento. No seguía las reglas carentes de moral. Asesinar a sangre fría se convirtió en un aspecto fundamental, primitivo, pero irrevocablemente necesario. Era a la ley del más fuerte, prevalece.
Pero Jimin no quería someterse a eso.
Estaba tan desorientado, alterado y sumido en sus pensamientos que siquiera escuchó los pasos erráticos que lo estuvieron persiguiendo cuando inició su carrera. Cuando el gemido ahogado sonó a sus espaldas ya era demasiado tarde y solamente pudo cubrirse la cabeza con sus manos.
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ᴛʜᴇ ᴇɴᴅ ᴏꜰ ᴛʜᴇ ʀᴏᴀᴅ 〤 ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ
HorrorVayas a donde vayas, en ningún lugar estarás a salvo. No existe el gobierno. No existen las reglas de ningún tipo. No existen los valores. No existe la moral. No existen las clases sociales. No existen las tradiciones. Lo único que si existe es el h...