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Domingo 23 de Marzo del 2022
Seúl, Corea del Sur.
12:00 p.m.Una semana y dos días después del primer contagio
...
Como lo había predicho, después de una semana tanto su comida como la de Byron se terminó. La supuesta ayuda de las autoridades aún no había hecho aparición y Jimin estaba comenzando a dudar que realmente llegara algún día. La televisión dejó de tener señal nacional y no había visto a nadie pasar por la calle a excepción de un par de autos en el día cero, los cuales atraían a los engendros y luego desaparecían junto a ellos. El sistema de agua seguía funcionando al igual que la electricidad, sin embargo, no había ingerido alimento desde hacía ya dos días atrás. Se resentía bastante en su cuerpo, pero a Jimin le estaba preocupando más el cachorro, puesto que tenía meses de nacido y no sabía cuánto podría resistir sin comer.
Tenía que ingeniárselas para que el perro comenzara a adaptarse a la comida mezclada, ya que luego no tendrían muchas opciones. Los productos orgánicos se dejarían de producir y su vida dependería meramente de productos enlatados. Probablemente si estuviera en el campo podría aprender a cazar o mínimo sembrar cultivo.
Desde estas instancias tempranas le comenzaba a preocupar que en algún momento, tal vez lejano, dejaría de existir la comida enlatada. Era un hecho que absolutamente todo perecería en su debido momento a falta de actividad humana.
Ahora Jimin debía tomar una importante decisión. Para este punto, no tenía otra alternativa más que salir por sí mismo a buscar suministros para él y su perro o ambos morirían de hambre. Tenía que hacerlo, no, iba a hacerlo.
Era lógico que estuviese aterrado, no quería volver a estar frente a frente con esas cosas, fue un milagro que sobreviviera la primera vez, pero tenía que ser valiente si quería sobrevivir en un mundo donde el ser humano era la presa de otra especie. Sabía desde ya que esta no sería la última vez que tendría que correr riesgos de ese tipo o mucho peores en esta naturaleza salvaje.
Jimin cogió su teléfono celular y presionó el botón de nota de voz: —Namjoon... — inició con voz quebradiza y tomó una bocanada de aire para que las palabras fluyeran —Perdóname por nunca haberte llamado, sé que siempre esperaste porque lo hiciera. Solamente quiero decirte que estoy bien, no te preocupes, sigo vivo aunque no sé cómo. Estoy en nuestra casa en Seúl, pero—Jimin estalló en llanto sin poder evitarlo.
—SeokJin ya no está, no ha vuelto desde hace mas de una semana. Yo no se que hacer, todos estan muertos y estoy s-solo aquí — se limpio el rostro con su palma y miro a Byron acostado sobre su regazo —. Bueno, casi solo. ¿Recuerdas aquella vez cuando dijiste que querías ser tío? Ya lo eres — sonrió melancólico —. Tengo que salir por comida o voy a morir de hambre sino regreso al menos atraves de este mensaje puedo decirte que comprendí muy tarde que únicamente querías lo mejor para nosotros. Todos cometimos errores, lamento haberte decepcionado y no haber cumplido las expectativas que pusiste sobre mí — dijo por último —... ah y deje la universidad de administración. Adiós, hermano.
Jimin envió la nota de voz número treinta y uno sin saber si se enviaría a su destino, pero necesitaba desahogarse.
Y tal vez Namjoon seguía a salvo.
Una vez calmado, se dirigió al baño con su cachorro en brazos.
—Byron, necesito que te quedes aquí y no hagas ruido, ¿de acuerdo? — colocó al perro en la regadera del baño y este emitió un ladrido agudo, queriendo salir torpemente pensando que se trataba de un juego —. Shhh... que te dije sobre los ladridos, uh. No puedes hacer ruido o te encontrarán los engendros — lo regañó en voz autoritaria y el cachorro bajo las orejitas, acongojado.
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ᴛʜᴇ ᴇɴᴅ ᴏꜰ ᴛʜᴇ ʀᴏᴀᴅ 〤 ᴋᴏᴏᴋᴍɪɴ
HorrorVayas a donde vayas, en ningún lugar estarás a salvo. No existe el gobierno. No existen las reglas de ningún tipo. No existen los valores. No existe la moral. No existen las clases sociales. No existen las tradiciones. Lo único que si existe es el h...