20. Empezar con mal pie (1a parte)

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20. Empezar con mal pie


—Sht —me regañó mamá y apartó mi mano del plato de aperitivos que estaba preparando para la cena—. Esto es para los invitados.

—Es que hacen muy buena pinta —me quejé y me alejé de ella con la tostadita que había conseguido pispar.

—Ah, esto te pasa por decidir celebrar fin de año con tus amigos —dijo papá desde la otra punta. Papá se estaba encargando del plato principal—. Como todos celebráis fuera, tendremos un fin de año con solo adultos.

—Querrás decir con gente mayor, porque Sofia y yo también somos adultos —añadió James bajando a la cocina.

—Eso es lo que te gusta creer —respondió papá y le dedicó una mirada divertida por encima de sus gafas.

—¿Tú dónde celebras esta noche? —le pregunté a James y me dejé caer encima del sofá.

Detrás de James apareció Sandra aún medio dormida. Llevaba una bata encima del pijama, unos calcetines por encima del pantalón y tenía el pelo recogido en un moño despeinado.

—Con mis amigos de la uni —respondió. Cogió el zumo de naranja de la nevera, se sirvió un vaso y se dejó caer a mi lado.

Sandra pareció despertarse en ese momento. Dedicó una mirada divertida a James y se nos acercó. James se dio cuenta.

—No —hizo James con un tono de voz alarmante—. Sandra, no.

—¿Tus amigos de la uni? —preguntó en un tono burlador, poniendo énfasis en la palabra «amigos». Lo hizo en voz baja, para que nuestros padres no pudieran oírlo.

James ruborizó casi imperceptiblemente y asintió, fingiendo normalidad. Si no fuera porque Sandra insistió, probablemente no me hubiera dado cuenta de nada.

—¿Ah, sí? —siguió Sandra con las cejas levantadas—. Entre tus amigos de la uni no estará tu novia, ¿verdad?

—Y dale, que no tengo novia.

Sonreí divertida y alcé las cejas.

—Pues entonces tu interés romántico —corregí— ¿Estará?

James vaciló al responder, lo que para Sandra y para mí significó un sí rotundo.

—Uuh —hicimos a la vez en una voz aguda. Papá y mamá se giraron hacia nosotros, pero no nos hicieron caso.

—¿Y tú dónde celebras, Sofia? —preguntó James intentando cambiar el tema.

—En casa de Louis.

Sandra y yo ya lo habíamos vacilado un poco, no hacía falta insistir más si no quería hablar de ello. Así que decidí seguir con el tema de conversación que James había iniciado.

—¿Con los de tu insti?

—Algunos.

—Estará... —James dejó la frase a medias.

—Sí, Chase también estará. Y no hace falta que os dé corte mencionarlo.

—Eso es... bueno —terminó James. Parecía que aún no estaba del todo cómodo con hablarme del tema.

—¿Habéis hablado? —preguntó Sandra que, al contrario de James, parecía no tener ningún problema en preguntar.

—Cuando cortamos me pidió espacio. De momento no nos hemos visto ni hemos hablado, pero si viene hoy supongo que podemos intentar recuperar algo de lo que teníamos.

El caso arceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora