•||+¹⁸ᴀᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ||• 𝕻𝖗𝖔𝖇𝖑𝖊𝖒𝖆𝖙𝖎𝖈

⁰³× 𝕻𝖚𝖓𝖎𝖘𝖍𝖒𝖊𝖓𝖙 𝖆𝖓𝖉 𝖎𝖒𝖕𝖗𝖎𝖘𝖔𝖓𝖒𝖊𝖓𝖙

•𝕬𝖉𝖗𝖎𝖊𝖓

—¡Adrien Agreste y Camila Dupont a la dirección, ahora mismo!.- Gritó de repente la mujer mayor que nos veía desde la puerta, con un terrible y exasperante tono de voz.—Quiero ver qué es lo que opina el director sobre el show que estaban dando ustedes dos, en este salón de clases.

Era una vieja amargada que lo más probable es que su marido no la ha follado desde hace meses o años, ¿Qué mierda voy a saber yo sobre si su marido se la folla o no?.

«Me cago en la puta de mi madrastra, después de todo si nos habían atrapado y con las manos en el acto, lo peor de todo es que ni siquiera logre llegar a quitarle las bragas.»

Clara o como sea que se llamará la tipa está, se levantó de mi regazo mientras en el proceso de eso poco a poco se iba acomodando la falda desarreglada que tenía y pasaba su par de manos por la tela para alisarla y quitar las arrugas que se había provocado por el anterior magreo que habíamos tenido hace tan solo un par de segundos atrás y que hubiera logrado llegar a más si no fuera por la amargada mujer que nos veía desde el marco de la puerta, la pelirroja prosiguió a arreglar el escote de su blusa que se había bajado aún más de lo que ya estaba y su rostro estaba tan rojo que fácilmente podría ser comparada con un tomate o con el rojo falso de su teñido cabello.

Me puse de pie y me alejé un poco de la silla bajo la atenta mirada de la mayor que no hacía nadamas que solo mirarnos desde su posición  con una gran desaprobación que mostraba tras la negativa de su cabeza que se movía de un lado a otro y con el ceño fruncido.

Acomodé mi pantalón tratando de disimular la marcada erección que se empezaba a alzar bajo la tela del pantalón como si fuera una puta capa de circo, juro que trate de que no se viera o pasará por desapercibido eso pero me era meramente imposible el hacerlo, ahora tendría que hacerme una paja en algún momento de las clase, escondido en algún cubículo del baño como un adolescente pajero de quince años, y todo para que pudiera solucionar este jodido problema, ahora nada más faltaba que un perro viniera y me orinara encima para decorar más mí día del asco que estaba teniendo desde tan temprano.

Seguí los pasos de la pelirroja mientras tomaba mi mochila y la colgaba de mi hombro para salir por fin del salón de clases, atrás de mi venía aquella mujer marcándome el paso para que no me desviará o terminara por huir del castigo que muy seguro me espera ahora.

En el camino hacia el lugar en donde se encontraba el director, o sea su oficina que quedaba al otro puto lado de la escuela, pasamos por un bebedero y aproveche para mojar mis manos bajo el flujo de agua medianamente calida y deshacerme de una vez por todas de los rastros de la humedad que decoraban mis dedos con anterioridad y que eran perteneciente de aquella que caminaba frente a mí mientras seguía contoneando las caderas, de lado a lado y que en algunas veces su falda se subía un poco más, dejando al descubierto más piel de la que de por sí ya mostraba cuando llego a mí.

Quite los rastros del agua en la tela de mi pantalón y reanude mi andar hacia la dirección, entre más rápido acabará con este jodido problema era mejor para, después de todo había pasado tanto tiempo metido en esa oficina y visto tantas veces la cara del director como para recordarlo a la perfección, además de todas las advertencias anteriores por mi “mal comportamiento” según él, comportamiento que indudablemente no pienso arreglar o recomponer por qué alguien me lo pidió u ordenó.

Ni bien llegamos a las afueras de la oficina, me deje caer en las sillas que había fuera de esta y comenzar a mirar un punto fijo de la pared beige que tenía frente a mis ojos.

—No te preocupes, yo hablaré con mi padre para que salgamos de esta.- Susurró la tipa que se había sentado a mi lado.—Estoy segura que si hablo con él lo voy a convencer para que no nos imponga una sanción.