⁰⁷× 𝕾𝖆𝖞 𝖞𝖊𝖘

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•𝕸𝖆𝖗𝖎𝖓𝖊𝖙𝖙𝖊

Al final no pude seguir durmiendo por mucho más tiempo y de forma  tranquila en la comodidad de mi cama, así que con un poco o mucho de pereza en mi, me obligué a ponerme de pie para ir al cuarto de baño ya que tenía que apresurarme porqué en un rato más comenzaban mis clases y no quería llegar tarde para que luego ese retraso sea registrado en la excelencia de mi expediente escolar, y arruinara a este mismo.

No tarde demasiado en la ducha por lo que cogí uno de los conjuntos de uniformes limpio de mi clóset para colocarmelo, repetí la misma rutina de todos los días, peinar mi cabello y dejarlo suelto a la espera de que esté se secará con ayuda de el aire natural, una capa imperceptible de maquillaje y ya estaba lista para ese día en la jornada escolar.

Coloqué algunos libros dentro de mi mochila que iba a necesitar para ese día al igual que algunos cuadernos y salí disparada hacia la sala en dónde recibiría la primera clase, todavía me quedaba alrededor de media hora para que iniciará la clase así que no me apresuré mucho en llegar.

Quería tomarme mi tiempo de camino hacia allá y pensar un poco en todo lo que había pasado desde que decidí venir a refugiarme entre estás cuatro paredes, como siempre que lo hacía cada vez que tenía mi tiempo a solas,  para muchos quizás este internado  parecía una cárcel en dónde habían sido encerrados por decisión de sus padre y otro pocos porqué lograron obtener una beca en uno de los mejores internados de todo el país y hasta de Europa, solo que para mí era todo lo contrario a eso, era más, mucho más.

Este lugar lo había adoptado como un refugio para mí, un lugar en el que podría estar más o menos tranquila y sin que tuviera que dormir con un ojo abierto en la noche por el temor de lo que me pudiera pasar a manos de él y sin que mi madre se atreviera hacer algo por el supuesto amor que le genia a ese desgraciado, este internado fue la mejor forma en la que pude huir de aquella casa que solo me traía muchos malos recuerdos desde hace un par de años atrás, desde que mi padre decidió acabar con su vida a causa de ella y yo fue la que en su mayoría presenció todo eso.

Todo había sido culpa de ella y también la de él, solo de ellos dos, dos personas que se habían encargado de volver mi vida un total infierno en cuestión de meses y todo por la maldita ambición de poseer el dinero y un lugar, que no les pertenece en ningún sentido de la palabra.

Hasta el día de hoy había grandes secuelas que no había logrado mucho más que medio controlar, ni siquiera con la ayuda del Clonazepam, por lo que a veces habían continuos ataques de pánico que me daban al presenciar algo en el que la sangre tuviera que ver, por más mínimo que fuera, o los inhibidores que ya no lograban ayudarme mucho y la Hematofofia era aún peor cuando estaba en estos días rojos, porqué eso lo hacía más difícil cuando me vía en aquella situación, me obligaba a mentalizarme para no sufrir demás.

Lo único bueno que tenía ahora era el amor y cuidado de mi tía, y a Luka, ese grandioso ser humano que desde que lo conocí lo único que había hecho era convertirse en alguien en quien podría depositar mi total confianza sin miedo a que me pudiera fallar, porqué yo lo conocía y sabía que él no me haría eso, Luka era con quién continuamente me sentía apoyada cuando sabía que no estaba bien, él era esa persona que alegraba cada uno de mis días más oscuros y tristes, con esa bonita sonrisa y su par de ojos azules.

Limpié las gotas de lágrimas que habían escurrido desde mis ojos hasta mojar mis mejillas, no quería ser débil como antes, no podía permitirlo serlo otra vez, no valía la pena seguir derramando lágrimas por ese par de personas que eran peor que la basura.

Seguí caminando hacia mi salón de clases, cuando su espantosa voz se logró escuchar a un costado mío.

¿Qué necesidad tenía este gilipollas con quererme estar jodiendo desde que llegó aquí?

•||+¹⁸ᴀᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ||• 𝕻𝖗𝖔𝖇𝖑𝖊𝖒𝖆𝖙𝖎𝖈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora