⁰⁶× 𝕱𝖆𝖙𝖍𝖊𝖆𝖉

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•𝕸𝖆𝖗𝖎𝖓𝖊𝖙𝖙𝖊

No sé exactamente cuanto fue el tiempo que transcurrió desde que observé a aquél rubio desaparecer por la puerta de la oficina de mi tía, pero si pudiera calcularlo, diría que eran alrededor de unos cinco minutos, cinco minutos desde que me encontraba aquí sentada.

«Perdiendo mi valioso tiempo, tiempo que podría aprovechar al estar con Luka, en su cama o entre sus brazos»

Sola más que nada, a las afueras de la oficina y entretenida en mi teléfono, con los audífonos conectados a este y mientras que dejaba que la playlist de Bebe Rexha que había hecho tiempo atrás, sonará una a una las canciones.

Me dí el tiempo de leer cada uno de los chats de WhatsApp que tenía sin abrir mientras le esperaba, solo que no había nada interesante que lograra captar mi atención, eso fue hasta que le ví salir del lugar con una carpeta entre su mano derecha y con la otra tiraba de la maleta que se había quedado en la entrada de la oficina, antes de que él ingresará.

—¡Listo!.- Me dijó, con algo de ánimo en esa palabra.—Estas viendo a tu nuevo vecino.

—¡Carajo!.- Deje salir la palabra de mis labios sin pensar mientras giraba los ojos.

«El destino si que tiene que odiarme hasta la raíz».- Pensé.

—Esto tiene que ser una jodida broma, y una muy mala, déjame decirte.- Ahora resulta que tenía que aguantarle hasta en el área de los dormitorios.

Odiaba la mala suerte que yo me cargaba, era peor que si un gato negro se hubiera cruzado por mi camino, que no es que creyera mucho en ese tipo de supersticiones cabe aclarar, o como si en mi vida pasada hubiera sido una persona que hizo muchas malas acciones.

—Déjame decirte que esto es más real que lo buena que estás tú, en especial, ese culo precioso que te cargas.- Uno de sus ojos fue guiñado y juro que si tuviera otro vaso con algo en mi mano, se lo hubiera vuelto a lanzar en toda su estúpida cara, justo como hace rato que le lance mi preciado café.

—Hasta el pez más diminuto y débil de todo el ecosistema es más inteligente y civilizado que tú, pedazo de mamacallos inservible.- Espete contrariada.—Y deja de mirarme el culo, ¡Pervertido!.- Solo hay una persona que puede mirarme el trasero sin problema y me lamento que no está aquí conmigo.

—Mama-... ¿Qué?.- La cercanía que tan pronto se formó entre nosotros dos, después de que él avanzarán un par de pasos más, hacia mí, me puso lo siguiente de nerviosa, y no entendía la jodida razón del porqué.

Odio que este tipo de cosas me pasen en la peor de las situaciones, cuando necesito poner en su lugar a este tonto.

—Mamacallos, asno.- Estaba decidida a irme de regreso al área de los dormitorios y lo hubiera hecho si no fuera porque el necio este que me había tomado del brazo antes de que logrará alejarme lo suficiente de él.—¿Qué haces animal?, Suéltame ahora mismo sino quieres que comience a gritar y haga un total caos.

—Quieta gatita, antes me callaste porqué no querías que armara un alboroto y que me vieran junto a ti y ahora es justo eso lo que quieres hacer, un alboroto, ¿Quién te entiende?.- Mi entrecejo se frunció en cuanto aquel tonto mote salió de sus labios y llegó hasta mis oídos, el muy estúpido se había atrevido a llamarme como un animal.—No te lo había dicho, pero desde hace rato que saliste al ataque en cuanto te llamé “culo precioso” por primera vez, saltaste al ataque como una pequeña gatita a la defensiva y déjame decirte que en vez de intimidar, das el efecto contrario a eso, ternura.

—Vuelve a llamarme una vez más culo precioso o gatita y te voy a golpear las bolas, a ver si así te sigo pareciendo tierna, estúpido rubio oxigenado.- La lejanía entre nosotros dos se había reducido a apenas unos cuantos centímetros, unos cuantos centímetros que nos mantenían apenas alejados el uno del otro.

•||+¹⁸ᴀᴅʀɪɴᴇᴛᴛᴇ||• 𝕻𝖗𝖔𝖇𝖑𝖊𝖒𝖆𝖙𝖎𝖈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora