ANGEL [ NOMIN] ✓

CAPITULO 40

Jeno aterriza con un fuerte estrépito en un mar interminable de agua oscura. Al principio, puede nadar fácilmente y sacar la cabeza del agua. Jadea en busca de aire mientras mueve la cabeza para detectar cualquier señal de tierra.

Desafortunadamente, no hay nada, y pocos segundos después de darse cuenta de esto, una gran ola se estrella sobre él, envolviéndolo en agua.

Intenta nadar hacia la superficie, pero solo puede mantenerse por encima del agua por un mero segundo antes de que algo aparentemente lo agarre por los tobillos y lo sumerja bajo el agua. Intenta patear tan fuerte como puede para liberarse de lo que sea que lo esté arrastrando hacia abajo, pero nada funciona. Está derribado.

Abajo.

Abajo.

Abajo hasta que el último rayo de luz que ilumina el agua se reduce a nada.

Jeno contiene la respiración, haciendo todo lo posible por nadar, pero es en vano. Comienza a sentir como sus pulmones se esfuerzan, suplicando para exhalar y tomar un nuevo aliento. Jeno deja salir pequeñas burbujas de aire de su boca, con el objetivo de comprar un poco de tiempo para que posiblemente pueda encontrar una salida.

Pero no hay ninguno.

Jeno libera el último poco de aire en sus pulmones y comienza su lucha para no respirar en el agua.

Desafortunadamente, es incapaz de contener la respiración por mucho más tiempo. Inhala, permitiendo que una gran cantidad de agua entre en su sistema tanto por la nariz como por la boca. Jeno comienza a toser, permitiendo que entre más agua en sus vías respiratorias, lo que hace que el ciclo se repita.

Mientras lentamente siente que su conciencia se desvanece, recuerda una vez que su padre lo visitó cuando era niño.

"¿Papá? ¿Qué pasa cuando morimos?" Jeno pregunta en voz baja

"La mayoría de los humanos que pueden sentirse muriendo comienzan a sentir una sensación de pánico. Están ansiosos de aferrarse a la vida que tienen porque es todo lo que han conocido. Deslizarse hacia lo desconocido les asusta. Es un proceso muy temeroso y aterrador. Tienen que someterse a lo desconocido para pasar la barrera Entre los vivos y los muertos ", explica su padre mientras Jeno lentamente deja de jugar con su pequeño camión de bomberos.

"Papá, no quiero morir. Tengo miedo ", Jeno murmuró.

"Nadie quiere eso hijo mío. Pero todos lo hacen eventualmente ".

Cuando Jeno cae en la inconsciencia, siente el pánico que su padre le dijo. El miedo intenso que le hace desear vivir, aferrarse a la vida que conoce. A pesar de saber lo que sucede cuando muere, no sabe a dónde irá ni qué será de él o Jaemin. El miedo a lo desconocido le obliga a una mentalidad muy infantil, que le deja con un pensamiento final:

Papá, no quiero morir... Tengo miedo.

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"Te amo,"Mark murmura.

Donghyuck sonríe, bajando la cara avergonzado mientras sus mejillas se tornan un suave tono rosado. Murmura un débil «te amo también», apenas audible para que Mark y Jeno lo escuchen.

Los dos se sientan cara a cara en un sofá en medio de un cuarto oscuro. Un foco brilla sobre ellos, dando enfoque A ellos y sólo A ellos.

"Después de todos estos años, todavía te ruborizas cuando digo eso", se burla de este último.

"Nunca podré aburrirme de esto", admite Donghyuck," se siente como la primera vez, cada vez ".

"Piensa en lo afortunados que somos de estar enamorados así y saber que estaremos juntos para siempre,"Mark tararea.

"Tenemos mucha suerte", concuerda Donghyuck, levantando finalmente los ojos para mirar a Mark.

La mandíbula de Jeno aprieta a medida que su mirada se endurece.

"Sí," confirma Mark con una amplia sonrisa mientras pone una mano delicada en la mejilla de Donghyuck. Donghyuck cierra sus ojos y se inclina en su tacto. Mark mira suavemente por un momento antes de besarlo suavemente.

Al igual que Mark lentamente se acuesta Donghyuck, Jeno escucha un rugido fuerte que prácticamente lo ensordecerá.

Se estremece, levantando las manos para cubrirse las orejas mientras gira su cuerpo para enfrentar una nueva escena.

Las llamas encienden y muestran a su padre en lo alto de un gran trono hecho de piedra negra que llega a una punta malvada afilada sólo un poco más alto que su cabeza.

"¡No me importa si Yangyang está ocupado! Dile que si no llega aquí antes de que la arena del reloj de arena alcance el fondo, ¡Yo personalmente lo rasgaré a pedazos la próxima vez que ponga un pie en el infierno!" Señala un reloj de arena muy grande con arena roja carmín en su interior y le pone la mano. Se da la vuelta
Así que toda la arena está encima, y él golpea de nuevo en el suelo de piedra con un estruendo estruendo. "¡Me niego a dejar que Taeyong tome esto! ¡No me importa si estaba destinado a ser un ángel!"

Un rostro familiar se arrodilla ante él, prácticamente chocando en su presencia.

"Sí, mi Señor", dice con las manos apretadas," antes de irme, ¿Puedo preguntar si puedo hacer una visita... A Yukhei y -"

"¡Tienes un trabajo que hacer ahora mismo, Xiaojun!"

El padre de Jeno gruñe, "¡Hazlo, inmediatamente!"

"Sí, mi Señor", Xiao asiente frenéticamente mientras se pone en marcha, "enseguida, mi Señor."

Jeno sonríe a la vista, pero poco a poco se desvanece como él comienza a desear que el también quería hacer sentir patético a Xiao la mera vista de eso,  Le hace sentir... envidioso.

¿Envidioso?

Envidia.

¡Envidia!

"Esto no es real", se dice Jeno," nada de esto es real ".

Jeno le da la espalda a su padre y busca algo, cualquier cosa que lo lleve fuera del lugar en el que se ha encontrado.

Se vuelve tan distraído por este tren de pensamientos, que al principio no se da cuenta de que todo se ha vuelto completamente silencioso.

"Es real, hijo mío," la voz profunda de su padre silba en su oído.

En ese momento, Jeno se despierta.