Zenitsu viajero del tiempo! ⚡️

El poder de un Demonio

Ambos corrimos asía los gritos desgarradores de la mujer, ya era de noche y sabíamos que el demonio estaba en su mejor momento, sin la luz del sol no había nada que le impidiera andar a sus anchas por el pueblo

Las personas ya estaban en sus casas por lo tarde que era, así que mi hermano no se molesto en ocultar su katana, ya habíamos llegado a la casa en donde los gritos no paraban y un par de vecinos curiosos se asomaban por sus ventanas, Kaigaku se veía realmente concentrado en lo que hacía, tenía su katana desenfundada y lista para el ataque

-Esta es mi última advertencia Tierra, si no te vas a ir a casa por lo menos mantente alejado de mi, créeme que no estás preparado para esto... al menos no todavía- nos habíamos movido hasta quedar en la parte trasera de la casa, una de las reglas de oro de todo cazador era el ser cauteloso y si se podía matar a un demonio en silencio mejor

-No me iré, tengo un mal presentimiento- sentía como mis manos temblaban al sostener la katana de entrenamiento, a pesar de ser de metal aún esperaba que fuera útil de algún modo, con ella no dañaría al demonio pero esperaba al menos detenerlo por un rato

Ambos necesitábamos tiempo, al menos hasta que los pilares llegaran

-Entonces quédate detrás de mi- asentí, entramos en silencio a la enorme casa por la puerta trasera, estábamos en completa obscuridad y lo único que nos guiaba eran los gritos desesperados que cada vez eran más y más débiles conforme nos íbamos acercando, perecía que el demonio estaba comiendo al fin

Llegamos a un cuarto que a simple vista se veía vacío, sino fuera por un hoyo escarbado mal cubierto que llevaba a una especie de cuarto subterráneo enorme, parecía que entrábamos a la entrada de una madriguera gigante, mientras caminábamos por el túnel de tierra nos manteníamos en completo silencio sabíamos que si cometíamos un solo error este podía llegar a ser el último de nuestras vidas

Habíamos llegado casi al tramo final donde se veía una pequeña luz, decidimos ocultábamos en uno de los hoyos de tierra antes de acercarnos demasiado, lo primero era estudiar el lugar antes de cualquier cosa, por el olor tan marcado a sangre sabíamos que el demonio estaba aquí, pensaba que estaba preparado para lo que fuera pero la imagen delante de mi me dejó estático, el demonio estaba de espaldas con el cuerpo de la mujer sin cabeza en brazos mientras un pequeño bebé yacía en una cuna improvisada, mientras el pequeño dormía, el demonio marcaba a la mujer con símbolos que jamás había visto

-Eras tan hermosa, pero no puedo decir lo mismo de tus horribles gritos- decía el monstruo mientras miraba sonriente el cuerpo marcado de ranuras antiguas, a la vez que iniciaba lo que parecía un ritual enfermizo en la tierra

Sabía que la mano derecha de Muzan era poderoso pero no que podía causar este grado de miedo, podía sentir que cada parte de mi cuerpo me pedía salir de ahí a gritos, nada de lo que veíamos era normal, ni siquiera en mi vida pasada había visto algo tan retorcido, teníamos que irnos

En la obscuridad sentí la mano de Kaigaku sostener la mía, me alaba con cuidado para sacarme de la madriguera, nos dirigíamos en silencio a la salida y con el corazón en un puño, los planes habían cambiado drásticamente, los dos sabíamos que jamás podríamos con aquella bestia, lo único que podíamos hacer era tratar de rescatar al bebé y salir de ahí con vida

El hecho de que Kaigaku todavía tuviera un rango bajo de cazador y de que yo solo fuera un novicio nos permitía cancelar una misión por nivel de riesgo mayor y pedir ayuda sin recibir represalias, y era justo lo que íbamos a hacer, esto iba a más allá de nuestras capacidades, estábamos a punto de tomar al bebé cuando escuchamos su fría voz

-¿Por qué piensan que pueden irse tan pronto? Y yo que pensaba que podrían acompañarme esta noche, por cierto esa bolsa de carne es mía- su voz estaba tan vacía que solo podíamos verlo paralizados, Kaigaku logró sostener al pequeño mientras que yo me puse adelante tratando de protegerlos, el hecho de que hubiera girado toda su cabeza a 180 grados para vernos era todavía peor