|| Fool || Haruto Watanabe ||

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Acomodé por última vez mi cabello y sacudí un poco mi vestimenta.

Observé que hubiera maquillado bien las cicatrices de mi rostro. Sonreí.

Mire la hora y aún era temprano; coloque un cubre bocas y mi pequeña mochila con mis cosas y salí de allí camino a la casa de los padres de Haruto.

Estoy algo nerviosa por como vayan a reaccionar por las cicatrices en mi rostro.

Pasaron algunas semanas luego de lo sucedido y por más que le haya insistido a Haruto en que regresará a Japón no quiso.

Ayer por la noche llamo pidiéndome que saliéramos un rato juntos y en la noche se quedará en mi departamento y aquí estoy.

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Esperé algunos segundos luego de haber tocado el timbre. Suspiré mientras la puerta  era abierta.

— Oh Min-ssi —

— Hola — hice una leve reverencia mientras sonreía lo cual era invisible gracias al cubre bocas.

— Entra — la madre de Haruto sonrió mientras me daba paso para que entrará.

— Minmin !!! — Airi corrió hasta donde estaba para abrazarme, baje mi mascarilla para saludarla lo que hizo que ella se soprendiera un poco — Min estás bien? — preguntó a lo que sonreí y asentí.

— Yup, son solo cicatrices. Estoy bien — soltó una risita — donde está tu hermano?

— En su habitación. Se está preparando — me regaló una pequeña sonrisa.

— Arasso. Nos vemos luego — hice 'pat pat' en su cabeza y luego me dirigí escaleras arriba en busca de la habitación de Haruto.

Al estar allí toque dos veces antes de llamarlo por su nombre.

— Entra — respondió.

Al abrir la puerta me asome antes de entrar completamente. Pude ver la espalda de Haruto mientras el se observaba en el espejo.

— Aigo, Watanabe Haruto, enserio eres así de hermoso? — se dijo así mismo.

— Oye — llame su atención haciendo que girará y me mirara sorprendido.

— Yah, porque estás aquí? Se supone que yo iba a pasar por ti —

Camine hasta su cama y me senté en la orilla.

— Termine de arreglarme temprano y estaba emocionada — dirigí mi mirada hacia el mientras sonreía — tu todavía no te has vestido, sólo estabas coqueteando contigo mismo.

— Que? No estoy diciendo la verdad? Yo siempre soy hermoso y siempre lo seré ! — hice mala cara.

— Un bebé — gire mis ojos.

— Tu bebé — sin darme cuenta rápidamente se acercó y dejó un beso en mis labios.

Lo fulmine con la mirada lo que hizo que riera.

— Está bien, me detendré — regreso al gran espejo y se miró otra vez.

Me levante y camine hacia él. Abrace su cintura desde atrás.

— Me asustas — tomo mis manos y se giró mirandome directamente — sucede algo?

Solo sonreí mientras lo miraba — nada — estire mis manos para sostener su rostro en ellas — aigo, odio que seas un poco más alto que yo, algún día terminaré con el cuello roto — reí — apresurate, debemos irnos.