|| Fool || Haruto Watanabe ||

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Pov Min

Trabajo.

Trabajo.

Y más trabajo.

Desde que salí del hospital lo único que he hecho es trabajar.

Según mi padre perdimos demasiado tiempo mientras estuve en coma.

Por lo que contó Jihoon, estaba a punto de inaugurar la empresa cuando tuve un accidente, lo único raro es que no me quiere decir el porque. Sobre todo el porque este tipo, Haruto, ¿Que tiene que ver él?

Lo único que me dicen todos es que con el tiempo recordaré, solo es cuestión de esperar.

Mi corazón se siente nostálgico cuando estoy cerca de él.

Por lo que me contó Soojin; quién al parecer es la esposa de Jihoon. Dijo que él y yo habíamos sido una pareja muy feliz, quisiera poder recordarlo. Pero no tengo tiempo para eso.

Un toque en la puerta me saco de mis pensamientos.

— Adelante — entro el responsable de los golpes — dime Soobin.

— Su padre llegará mañana de Londres — suspiré, otro dolor de cabeza — está bien señorita Min? — se acerco.

— Si, ya sabes, los típicos dolores de cabeza y la avalancha de recuerdos que son algo borrosos —

— Se que no es de mi interés pero... ¿A podido recordar algo sobre Haruto? —

— Como te dije, son borrosos; solo escucho voces pero no veo rostros — suspiré — podrías traerme un café? Aún no termino esto.

— Pero señorita ya es hora de ir a casa, es casi la 1 am —

— Si quieres puedes ir tú a descansar, estaré bien, mi auto aún está afuera — observe como salia de la oficina.

Suspiré mientras me quitaba la chaqueta, intentaré terminar rápido.

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Al llegar a casa de Jihoon y Soojin; donde actualmente me estoy quedando por órdenes de él.

Salí del coche para luego dirigirme a la puerta para abrir.

Por alguna razón sentí la mirada de alguien sobre mí.

Gire sobre mis talones, pero no había nadie, solo autos alrededor.

No le di importancia e ingresé a casa, cuando estuve a punto de cerrar la puerta, observe como un auto encendía las luces y se iba.

— Son las 4 am Min — oí a Jihoon, rápidamente gire sobre mis talones.

— Estaba en la empresa — respondí huyendo hacia las escaleras.

— Sabes que tienes una vida no? — lo oí cansado — no la entregues completamente a la empresa, cuando mueras no te la llevaras contigo — sin más desapareció en el pasillo.