Al llegar a mi casa después de caminar un par de minutos me detuve por el llamado de una voz diciendo mi nombre.Me giré hacia donde procedía aquella voz, con las llaves de mi casa puestas en la cerradura. La chica que me estaba hablando era María, Mi vecina.
Era una chica alta y delgada. Tenía el pelo de color negro con unas mechas azules, los ojos de color avellana y de tez morena.
Se me acerco con una sonrisa amplía la cual conocía bien, María tenía la habilidad de transformarla de una sonrisa amable a una "amable" al instante. Abrí la puerta de mi casa cuando ella llego a mi casa y las guarde en el bolsillo de mi pantalón mientras la veía.
—Hola Sarita. ¿Como te encuentras? — dijo con un tono fingiendo estar interesada.
Bien, Iba a pedirme algo ¿Porque no me sorprendía?
—Hola María —Dije sin embargo, con el tono más educado que pude reunir—, Vengo llegando de la escuela. ¿Necesitas algo?
Ella asintió con la cabeza y yo tuve que retener una sonrisa divertida. La conocía demasiado, tampoco era muy difícil, suele ser muy obvia.
—De hecho sí. Lo que pasa es que.. —hizo una pausa, cosa que no me gustó demasiado. —Adopte un perrito.
Me quedé pasmada unos segundos.
¿Que? ¿Un perrito?
¿María cuidando a un perrito?
¿¡Un perrito!?
Apenas podía con su bebé Dylan, ¿Ahora adoptaba también un perrito?
—¿Un perrito? —repetí como idiota.
—Exacto. —ella asintió con la cabeza antes de seguir— es una Pug, la vi en una publicación de una chica que estaba dando en adopción a una manada, y la adopté.
La hubiera felicitado por adoptar si no hubiera seguido en blanco por más tiempo. ¿Un perrito? ¿Pug? Bueno, tenía entendido que los pugs no necesitaban tantos cuidados como otras razas. Pero aún así.. ¿María cuidando un Pug y un bebé al mismo tiempo? No confíaba demasíado en eso.
Espera.. ¿Porque me lo están contando?
Oh no..
No, no, no, no, no.
—¿Felicidades?... ¿Y porque me lo cuentas? —pregunte casi rezando para que no respondiera lo que creía que iba a decir.
Y en ese momento, Mi peor temor, se cumplió.
Es solo un Pug.
Cállate.
—Ah sí, es que el viernes tengo un viaje de negocios por unos días, Me voy a llevar a Dylan. Pero a la pequeña Pug no puedo... —Hizo una pausa mirándome a los ojos y prosiguió hablando más lento— Y.. quería saber que si te la podía dejar mientras yo estoy fuera.
Me le quede viendo con una mueca. Y ella debió darse cuenta porque al instante empezó a mover las manos exageradamente.
—¡No hace ruido ni crea problemas! Es muy callada y floja, solo tendrás que darle de comer y darle agua. Te pagaré lo que quieras.
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Te Conocí En La Azotea (En Remodelación)
De TodoUna Chica Llamada Sarah a vivido Toda su vida En una ciudad pequeña, Pero nunca se a sentido bien en su familia, El único lugar donde se siente comoda es en la azotea de su casa la cual está pegada a la azotea de la casa vecina que había estado desa...