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La vibración acompañada de un tono característico hizo que el chico despertara con velocidad para contestar la llamada.

"¿En dónde estás? Ven ahora mismo, idiota" la voz grave del otro lado del celular le hizo observar con el ceño fruncido los días del calendario, reconociendo de inmediato la fecha al tenerla marcada con rojo.

"Ah, voy" con el ánimo por los suelos respondió, colgando la llamada y levantándose pesadamente del viejo colchón con destino al baño, observando su somnoliento reflejo frente al espejo. "Otra vez... hoy va a ser un día de mierda" Suspiró e hizo correr el agua de la llave, lavándose el rostro, aquel que sudaba frío producto de los sueños y las sombras de su pasada infancia que de manera divertida le seguían.

Se hubiera bañado, pero por la llamada de su colega no tenía tiempo ni para orinar tranquilo, así que lo omitió por ahora junto con el desayuno. Se vistió, peinó y se dirigió con pasos rítmicos hacia la bodega negra que le quedaba tomando una línea de metro, llegando probablemente unos 30 minutos tardes.

"Increíble, ¿no podías demorar un poquito más tú? No, de hecho aún estás a tiempo, ¿deseas un cafecito?" La irónica voz que le llamó minutos antes ahora estaba en la puerta de la estructura, apoyando su cuerpo a la base mientras sus brazos eran cruzados frente a su pecho.

"Por favor, con dos de azúcar, Wonwoo" jugó con la paciencia de su compañero, murmurando un gracias cuando pasó a su lado, recibiendo de su parte una agradable patada por el chico más amargado del grupo, su amigo, su bestie, el gran Jeon Wonwoo.

Tú [VerKwan] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora