lights on; barcagamer

decimosexta noche

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Un año y medio después.

El cálido aliento del chico sentado junto a mí de inmediato provoca mariposas en mi estómago, que también podrían ser gracias a los efectos del alcohol que poco a poco hacían parecer varias cosas estúpidas como excelentes ideas.

La primera de ellas, sentarme en sus piernas y besarlo hasta tener la necesitada de vomitar por la cantidad excesiva de licor que fluía por mis venas.

Me levanto de mi asiento con el propósito de cumplir con mi anterior pensamiento, y al parecer el chico comprende de inmediato mis intenciones, ya que opta una posición más cómoda en la que pueda recargar con facilidad su espalda.

Justo antes de poner la primera de mis piernas alrededor de su cadera, siento un brazo tirar levemente de mí y alejarme del primer beso que hubiera tenido en dos años.

— No es divertido Ilan, en verdad quería besarme con él.

— Bien por ti - responde de inmediato - Nos iremos ahora, es tarde y no tienes ni idea de dónde estás, ¿O me equivoco?

Evitó su respuesta con una mueca.

— No te estás portando para nada en onda, tenía meses sin salir de la casa y muchísimo más tiempo sin besar a alguien, no me puedes culpar. Además, ¿Si viste lo guapo que era ese chico?, ¡Por Dios!, No se en que otro momento tenga la oportunidad de besarme con alguien así de lindo - le reclamo entre la música a todo volumen de la fiesta.

Agradezco que gracias a eso posiblemente no haya escuchado nada de lo que le dije, o al menos eso creí hasta el momento de subir al auto, donde su sermón acerca de ser un adulto sumamente irresponsable con su salud e integridad física se escuchaba cada vez más lejano.

— Y ni se te ocurra dormirte porque ahora mismo voy por una cubeta de hielos y te la aviento en la pinche cara, ¿Me entendiste?

Asiento como puedo y espero pacientemente a que él rodee el auto y suba el asiento del piloto. Poco después comienza a conducir mientras continúa con su charla de hace unos segundos.

— Ya entendí mamá Gallina, ¿Me dejas descansar?

— Por supuesto que no, te preguntaría si eres consciente de lo peligroso que es quedarse dormido mientras estás ebrio, pero en estos últimos meses me has demostrado que no estás ni un poquito interesada en lo que puede llegar a pasarte en este estado, con gente que no conoces y sin haberme avisado antes dónde estás.

— ¿Ahora eres mi novio para preocuparte sobre absolutamente todo lo que haga con mi vida? - le cuestionó.

— No lo soy, pero si tu amigo y créeme que no es nada divertido salir a las cuatro de la mañana a buscarte todos los putos fines de semana desde hace medio año porque la niña se quiere ir a divertir con una bola de imbéciles que no se preocupan por ella.

— Mínimo ellos entienden por lo que estoy pasando, tú ni siquiera puedes ponerte en mi lugar.

Se estaciona a un lado del camino, frente a una tienda.

— ¿Entonces yo no entiendo lo que estás pasando?

Me cruzo de brazos.