Temor a lo desconocido

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[Sus ojos abrieron con esfuerzo cuando notó como la lluvia le mojaba la cara. No sabía qué estaba pasando hasta que su visión se acomodó a la situación. Se dio cuenta de que lo que mojaba su rostro no eran gotas, sino lágrimas]

-¿Por qué lloras, Albedo...?

[Los ojos azules del alquimista estaban rojos debido al llanto. Si bien no emitía sonido alguno, Xingqiu supo que estaba desolado y el escritor no entendía por qué. Así que, le puso una mano en la mejilla, esperando que eso lo reconfortara. Notó como Albedo se tensaba al notar el contacto]

-¿Ha pasado algo malo mientras dormía...?

[Fue la segunda pregunta que salió de los labios de Xingqiu. Seguía estando terriblemente cansado y apenas notaba su cuerpo, pero aquello no iba a impedir que tratara de ayudar a su colaborador. Así que esperó. Albedo emitió una breve carcajada]

-Has estado muerto durante unos minutos. No respirabas y no tenías pulso. [las palabras se atragantaban en la garganta del rubio mientras explicaba] Sinceramente, pensé que no ibas a salir de esta. [Albedo no le dijo todos los pensamientos que habían acudido a su mente en esos largos minutos. Hasta se había imaginado el funeral del joven y la cara de sus conocidos al saber la trágica noticia. Aquello había superado el límite emocional del propio alquimista, de ahí que hubiera acabado llorando] Y, sin embargo, ahora veo que eres tan testarudo que no permitirías que la muerte te llevara hasta que cumplieras tu objetivo. [buscó un pañuelo en su abrigo y se lo pasó a Xingqiu por la herida de la frente. El escritor se quejó un poco por el dolor] Querías que no me alejara, ¿verdad? Lo has logrado arriesgando tu propia vida. [suspiró] No vuelvas a hacer algo así. No te puedes imaginar la tortura que ha supuesto encontrarte aquí, medio enterrado por la nieve, y tener que traerte de vuelta con los vivos.

-¿Cómo que traerme de vuelta...? ¿Me has dado de beber algo raro...? No quiero convertirme en un seelie, Albedo... Soy demasiado joven como para volverme un seelie... [se lamentó, obviamente tomándole el pelo a Albedo. Ya que la situación había sido tan complicada, la única forma que tenía de quitarle hierro al asunto era bromeando]

[La mano de Albedo se levantó y Xingqiu echó la cabeza un poco hacia atrás. Parecía que el alquimista quería abofetearlo, pero se estaba conteniendo. El escritor le hizo caso a la advertencia y cerró el pico. No le apetecía añadir otro tipo de dolor a la lista]

-A veces puedes ser igual de desquiciante que Kaeya. [la mano del rubio volvió a reposar en el regazo, señal de que había decidido que no era necesaria la fuerza física] A lo que me refería es que he tenido que reanimarte haciéndote un masaje cardiorrespiratorio y alternando con el boca a boca. Al trabajar en zonas de condiciones extremas, el Equipo de Investigación tiene que estar preparado para situaciones de vida o muerte. Por ello, aprendemos este tipo de cosas por si se produce una desgracia.

[Xingqiu escuchó al alquimista con atención y meditó sobre lo que acababa de decir. Ahora entendía por qué Albedo estaba llorando cuando él despertó, probablemente creía que la reanimación no había funcionado y que el joven había fallecido. Entendía perfectamente la angustia que el ilustrador había sentido. Y, sin embargo, una sonrisa traviesa surgió en los labios de Xingqiu. Ni medio muerto, el mercader iba a dejar de ser juguetón]

-Así que boca a boca, eh... ¿No sería que querías robarme un beso para vengarte por lo de antes? Confieso que ni me he enterado de tus movimientos, estaba fuera de combate. Pero eres un contrincante admirable... Aunque si estaba retirado del enfrentamiento no sé si podemos contar esto como un empate. Al fin y al cabo, necesitamos estar en igualdad de condiciones para considerarlo válido y justo. Ni siquiera pude defenderme con las técnicas del Clan Guhua. ¿Quién diría que el famoso Alquimista Jefe de los Caballeros de Favonius pudiera ser tan cobarde? [soltó una risita maliciosa]

Cristales en la PenumbraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora