¿Existe el destino?

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[La noche transcurrió a partir de aquel momento sin problemas. Solo una vez Albedo abrió brevemente los ojos al sentir algo de dolor, pero como no pudo identificar ningún peligro, volvió dejarse dormir. Era de esas pocas ocasiones en que el alquimista pudo decir que había descansado plenamente. Por la mañana, los despertaron los rayos de sol que se filtraban por la entrada. Solo hizo falta que cruzaran las miradas una vez para apartarse el uno del otro. Xingqiu se había pasado toda la noche abrazando a Albedo y Albedo había estado todo ese tiempo durmiendo apoyado en Xingqiu. Ambos se avergonzaron al descubrirlo, pero ninguno se atrevió a comentarlo en voz alta]

-¿Dormiste bien, Albedo? [preguntó Xingqiu mientras veía al alquimista agarrar algunos frascos] Anoche hacía bastante frío al principio, la verdad. Siento los dedos entumecidos. [el alquimista seguía moviéndose. Esta vez parecía estar calentando algo al fuego. ¿Sería comida?] ¿Sabes? A mi mejor amigo en parte le ayudaría venir por aquí. Lo pasa muy mal con el calor.

-¿Chongyun se llamaba, no? [Albedo estaba mezclando algunos ingredientes que tenía guardados para emergencias, con el fin de poder hacer un desayuno decente antes de tener que partir]

-Sí, Chongyun. Siempre me acompañaba años atrás cuando íbamos de aventuras. Es un magnífico exorcista hoy en día y suele estar muy ocupado últimamente-...

-Eso explica por qué viniste solo aquí ayer. [comentó Albedo mientras veía el fuego consumir los ingredientes] En las calles de Liyue ciertas personas hablan bastante de vosotros dos. Según parece, os consideran uña y carne.

-Nos conocemos desde hace muchos años. Hacemos buen equipo y él es muy interesante. Además, siempre me ha ayudado a pasarlo bien, incluso en mis momentos más bajos. [explicó Xingqiu tranquilamente. Si bien es cierto que le sorprendía que Albedo hubiera sacado aquel tema de conversación] ¿A qué viene que estemos hablando ahora de Chongyun? Ni siquiera anda cerca de aquí.

-Bueno... [Albedo comprobó que lo que estaba cocinando estaba casi listo] En Liyue ciertas personas dudan de que seáis solo amigos. De hecho, había bastante gente comentando que quizás Chongyun era la razón por la que aún no te habías prometido. Y estamos hablando que no pasé demasiado tiempo caminando por la ciudad antes de dirigirme a tu casa. [recalcó]

-¿Chongyun y yo? [Xingqiu se echó a reír] No me malinterpretes, quiero a Chongyun con locura, pero no en el sentido romántico. Es como un hermano para mí, un mejor hermano que el que la sangre me asignó. [se cruzó de brazos y negó con la cabeza] Pero nunca se me ha pasado por la mente volverlo mi amante. ¿Qué me casaría con él si nadie más me gustara? Pues sí. Chongyun sería un magnífico esposo y mi familia lo tiene en gran aprecio, además que sé que no me faltaría nada a su lado. No obstante... Temo que, si eso sucediera, no lograría darle la vida que él merece. Puede que también hayas oído rumores acerca de mis bromas pesadas. [Albedo asintió] Se acentúan si Chongyun es mi víctima. No quiero imaginar cómo sería eso si encima conviviéramos. Por lo tanto, mi Príncipe, no. Chongyun y yo no somos amantes. Quizás en otra vida sí, pero en esta no.

-Tienes un concepto curioso de amistad. [Albedo empezó a repartir la comida en dos platos y le ofreció uno a Xingqiu] Nunca me habría planteado casarme con alguien solo por ser mi amigo, por mucho que me molestara la soledad. [el rubio pensó que de todas maneras el matrimonio no era para él]

-Bueno, Chongyun y yo tenemos confianza. ¿No es eso la base de cualquier matrimonio? [empezó a comer tranquilamente cuando Albedo le dio los cubiertos] ¿Acaso no tienes ningún amigo en el que confíes plenamente? ¿Alguien a quien le confiarías tu vida sin temor porque sabes que jamás te traicionaría? [preguntó Xingqiu con curiosidad]

[A Albedo solo le vino a la mente esa persona. Como se había marchado de Teyvat, realmente no quedaba nadie con quien el alquimista pudiera entenderse. Sí, tenía compañeros de trabajo muy competentes a los que les podía pedir favores, pero no eran sus amigos. Por otro lado, estaban Alice y Klee, si bien las consideraba familia, tampoco les había confiado sus secretos más oscuros. Así que, definitivamente el caballero estaba solo en ese sentido]

Cristales en la PenumbraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora