Té y romance

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[Tras despedirse de su mejor amigo, Xingqiu prosiguió su visita a los negocios de Liyue. No estaba seguro de cómo debía entregar sus regalos, por lo que trató de decidirse en base a la mercancía que sus ojos vislumbraban. Dio varias vueltas por distintos puestos, pero no encontraba algo que realmente llamara su atención]

-Quizás estoy demasiado centrado en buscar algo que quizás no exista. [se lamentó al dejar el décimo puesto y no encontrar nada] Tal vez me vendría bien un descanso antes de seguir.

[El joven decidió apoyarse en una piedra y mirar al mar. Sabía que no podía seguir avanzando hacia la izquierda o se arriesgaba a que el alquimista descubriera sus intenciones. Xingqiu quería que aquello fuera una sorpresa. No conocía muy bien el arte de la pintura, pero se había molestado en investigar al respecto. De hecho, tuvo ocasión de encontrarse a Zhongli, el hombre que trabajaba en la Funeraria El Camino, y este le aconsejó sobre algunos lienzos que prometían dar muy buenos resultados. Eso sí, el señor le había saturado con un exceso de tecnicismos que el peliazul no supo interpretar. Así que al agotamiento por caminar tantas horas se le juntó el cansancio emocional]

-Algún día me gustaría visitar Inazuma y poder conocer a la gente que lee nuestros libros. [dijo Xingqiu para sí mientras observaba los barcos atracados] Así podría entender mejor que quieren los lectores. [el joven suspiró] Es difícil escribir sin oír la opinión de nadie. No sé si lo estoy haciendo bien o si estoy arruinándolo todo. Aunque, sinceramente, temo oír de nuevo que mis novelas no sirven.

[Xingqiu rumió sobre aquellos asuntos un buen rato y cuando volvió a sentirse con fuerzas, ascendió de nuevo las rampas y siguió mirando puestos

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[Xingqiu rumió sobre aquellos asuntos un buen rato y cuando volvió a sentirse con fuerzas, ascendió de nuevo las rampas y siguió mirando puestos. Finalmente se decidió por comprar una caja, papel de regalo azul y un lazo amarillo. Fue un momento a su casa y pasó bastantes minutos envolviendo todo lo que había comprado. Cuando se dio por satisfecho, admiró su creación y se rio al darse cuenta de que los colores elegidos eran muy parecidos a los del pelo y ojos de Albedo]

-Ni haciendo algo tan simple puedo dejar de pensar en él.

[Negó con la cabeza antes de recoger el regalo y abandonar de nuevo la vivienda. No fue por las escaleras esta vez, pues prefería tomar el camino largo. Así que el peliazul recorrió el puerto con tranquilidad mientras llevaba el presente en mano. Antes de llegar a la posada, se detuvo. En parte por nervios al saber que el momento decisivo se acercaba y en parte porque un puesto con minerales le llamó la atención. En aquel lugar, había brillado algo que no conocía. Así que Xingqiu preguntó al respecto y se asombró con la respuesta que le dieron]

-Ya veo. ¿Y esto viene en grandes cantidades? [el vendedor negó con la cabeza] Entiendo. Puede que me pase en otra ocasión por aquí, así que le ruego que me reserve uno de esos.

 Puede que me pase en otra ocasión por aquí, así que le ruego que me reserve uno de esos

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Cristales en la PenumbraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora