Cristales en la Penumbra

Conclusiones movidas por el viento

-Aww. Mira qué lindos son.

-Me estás dando vergüenza ajena.

-No seas tan antipático, Xiao. [una sonrisa se formó en el rostro de aquella persona mientras observaba a Albedo y Xingqiu besarse desde el exterior de aquella ventana] Siempre se agradece la inspiración para baladas románticas.

-Me haces venir hasta aquí solo para esto. [replicó Xiao mientras apoyaba la lanza en el suelo] Estoy perdiendo tiempo por tu culpa, Barbatos.

-Ehe~ [se rio el aludido. Finalmente se apartó de la ventana] Gracias a mis habilidades hemos evitado el inicio de otra guerra, Xiao. Al principio pensaba dejarle la tarea a Mondstadt, pero cuando descubrí que podía oír canciones de amor en lugar de odas melancólicas, no pude evitar hacer de las mías.

-Hubiera acabado con ese tal Albedo sin problemas. Si se hubiera vuelto una amenaza para Teyvat, no habría sido rival para mí.

-Lo sé, lo sé. Pero ¡queda mejor de esta forma! Gracias a una brisa, el Príncipe de la Roca Caliza entendió que tenía que actuar. Ahora hemos eliminado un futuro lleno de llantos y lo hemos sustituido por un ambiente pacífico. Si bien el joven Xingqiu no lo sabe, su mera existencia ha salvado una ciudad entera. Es un héroe digno de una canción.

-Podría estar entrenando a Ganyu ahora en lugar de estar aquí viendo... Eso... [Xiao negó con la cabeza, asqueado]

-Ah, piensa que esto es solo el principio de una nueva historia. Un final de una canción que supondrá el comienzo de otra melodía. [se volvió a reír] Tengo la teoría de que no será la última vez que oigamos de estos dos.

-Pues yo espero que sí lo sea. No pienso dejarme arrastrar a ver escenas mundanas. [Barbatos le agarró el brazo] ¿Q-Qué haces? [preguntó repentinamente nervioso] S-Suéltame, idiota.

-Oh~ El amor~ [canturreó Barbatos con entusiasmo] Cuántas baladas sonarán por esos dos~

-¡He d-dicho que me sueltes!

[Y así el Arconte Anemo y el Adeptus abandonaron aquel lugar. Habían sido los únicos testigos de el final de aquella historia, plagada de giros del destino y un romance peculiar. Nadie sabía en ese momento si aquella era la conclusión definitiva o el comienzo de algo más grande]

Fin