El Ángel del Señor Oscuro || Tom Riddle.

1.

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 —"¿Qué estás haciendo Tom?" — pregunté cuando me rodeó la cintura con sus brazos, atrayéndome hacia él. No dijo nada pero estampo sus labios con los míos.

Ya era la hora del toque de queda en Hogwarts, pero como él era prefecto, hacía lo que quería lo usaba a su favor .

Mi espalda estaba apoyada contra la pared y sólo había una tenue luz de la lámpara, en lo alto de la pared que mataba un poco la oscuridad.

— "No me dejes nunca Nelle, pase lo que pase", — soltó una vez que nos separamos. Asentí con la cabeza, mirándole fijamente. Sus dedos acariciaron mis mejillas y los trazaron sobre mis labios mientras sus ojos marrones atravesaban los míos como si leyera mis pensamientos. — "¿Serás mi cita para el baile de Yule?"

— "Ya sabes la respuesta, Tom", — murmuré observando su intensa mirada sobre mí como si yo fuera lo más preciado para él. Le di un beso y un mordisco en los labios, sonriendo.

Tom se quedó aturdido por un momento por mi repentina acción, pero pronto, sus labios se estrellaron contra los míos antes de que empezaran a recorrer lentamente mi mandíbula y luego mi clavícula mientras me quitaba el cárdigan. Los suaves gemidos se escaparon de mis labios matando el silencio, hasta que oímos pasos a lo largo del vacío y oscuro pasillo.

— "¡Shhh!"—  Me puso la palma de la mano sobre la boca mirando la lámpara de luz tenue. Rápidamente se apagó mientras la oscuridad se llenaba de aire mientras le oía susurrar.—   "Silencio,"

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— "Despierta, Janelle!!!!" — Escuché a Draco gritar, haciendo ensordecer mis oídos. Mis ojos se abrieron de golpe viendo a mi molesto primo parado frente a mi cama. Qué demonios está haciendo aquí en mi habitación?

— "Vete, Malfoy",—   me giré hacia el otro lado, abrazando la almohada. No quería despertarme antes. — "Tengo sueño", — murmuré antes de bostezar.

— "Pequeño Black, despierta. Debemos coger el tren", - Draco tiró bruscamente de las sábanas que me cubrían, lo que me hizo caer de la cama.

— "¡¡¡Ay!!!"—  Me quejé mientras mi codo golpeaba el suelo de mala manera. Le lancé una mirada de muerte, pero él me sonrió por lo bajo. —"Te odio".

— "Sé que amas a tu inexistente novio", — se burló antes de alejarse. — "Espero que hayas tenido un buen sueño con él".

— "Le diré a la tía que me estás molestando", — me quejé, levantándome del suelo, y cogí las sábanas para arreglar la cama.

— "Mamá sólo me ha mandado a despertarte, loca", — luego desapareció de mi habitación, cerrando la puerta. Un pesado suspiro salió de mis labios, antes de comenzar a arreglarme.

Hoy vamos a empezar el cuarto año en Hogwarts. Estoy muy emocionada por ver a mis amigos los cuales reciben insultos groseros de Draco. A él siempre no le gustó que hablara con el trío de oro de Gryffindor, porque quería mantener su estado de sangre pura; lejos de los traidores a la sangre y de los sangre sucia, según él.

Pero por otro lado, nunca miré por el estado de sangre de la gente aunque sea de una sangre pura como los Malfoys. Antes era así, pero cambió cuando empecé en Hogwarts. Aprendí mucho a tratar a la gente de la misma manera, sin importar su estado de sangre y demás.

Soy Janelle Black  fui adoptada por la familia Malfoy, ya que mi tía Narcissa es prima hermana de mi padre, Regulus Black, quien se suicidó y no tengo idea de por qué lo hizo. Al hablar de mi madre, sólo he escuchado que falleció cuando yo nací.

Mi tía nunca hablaba de mi padre ni de mi madre, pero a veces el tío hacía comentarios groseros de que había traicionado al Señor Tenebroso. Según Lucius Malfoy, el Señor Oscuro se llama Voldermort, que cualquiera tiene miedo de pronunciar el nombre pero, nuestro famoso Harry Potter. Lo menciono como Quien Tú Sabes.

He escuchado las historias de él, matando a los padres de Harry usando una maldición imperdonable y tratando de matarlo a él a lo que terminó una marca en su frente. Cuando estábamos en segundo año de Hogwarts, recuerdo que Harry me explicó una pequeña historia sobre Quien Tú Sabes y un diario relacionado con la Cámara de los Secretos.

El nombre de ese Señor Oscuro era Tom Marvolo Riddle, que de alguna manera me resulta familiar, pero no sé la razón. Tal vez, porque el nombre del niño que veo en mis sueños es Tom.

Si hablamos de sueños, no tengo ni idea de qué tipo de sueños son. He tenido estos sueños desde que tenía sólo once años. Un chico llamado Tom, con el que también he crecido en Hogwarts. El año pasado, al final del tercer año vi que me invitaba a salir. Pero el problema aquí es que yo no soy quien controla mis sueños. Automáticamente sucedió y disfruté de cada momento que vi hasta que empecé a enamorarme de un novio inexistente, según Draco.

Normalmente, Draco es una buena persona con la que compartir mis secretos, penas y alegrías, excepto por su comportamiento grosero de acosar a los alumnos. Los dos fuimos juntos a Hogwarts y nos clasificaron como slytherins. Hemos sido buenos amigos ya que nos conocemos desde pequeños y somos primos.

Pero a Pansy Parkinson siempre le parece algo más que amistad y eso la llevó a odiarme. Pero a mí no me importaba en absoluto, ni siquiera a Draco. Le hacía mucha gracia que Parkinson pensara que había algo entre Draco y yo. A veces me seguía el juego para convencer de una relación inexistente en la que yo me apoyaba para burlarme de Parkinson.

Una vez que me preparé, corrí por los pasillos y bajé las escaleras de la mansión para encontrarme con mi tía, que siempre me quiere como si fuera su propia hija. Draco estaba de pie a mi lado, poniendo los ojos en blanco cuando la tía sonrió ampliamente al verme.

— "Buenos días, cariño", —  saludó con su amable sonrisa, que yo correspondí con una amplia sonrisa. La tía Narcissa es la mujer más amable que he conocido en mi vida. Nos quiere a mí y a Draco, de la misma manera. Somos como hijos gemelos para ella. — "¿Has dormido bien?"

Apoyó su palma en mi mejilla mirándome con cariño. Es realmente una mujer bonita, amable e increíble y una madre para mí que nunca tuve. Asentí, devolviendo una sonrisa genuina antes de abrazarla con fuerza. 

— "Te voy a echar de menos tía".

— "Lo mismo digo, Janelle", — me besó la parte superior de la cabeza antes de separarme de ella, — "escríbeme".

— "La quieres más que a mí", — Draco puso los ojos en blanco como un niño celoso.

—" Vamos, Draco", — lo abrazó también antes de depositar un beso en su sien. — "También te voy a echar de menos".

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