El Ángel del Señor Oscuro || Tom Riddle.

20.

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Mis ojos se abrieron esparciendo una sonrisa en mi cara, porque estaba feliz. Lo había visto de nuevo. No podía dejar de sonreír, cubriendo mis ojos con la mano aún sintiendo la hipnotizante sensación de cosquilleo en todo el cuerpo.

—"Janelle" —Pansy me llamó por mi nombre, con desconfianza. Me destapé los ojos y me levanté, colocando mi cabello en un moño.— "¿Por qué sonríes?"

—"Uh-hm"— la miré a ella que seguía con una mirada sospechosa sobre mí. —"Un sueño, uno feliz"

Logré decir de alguna manera, antes de que ella se acomodara a mi lado en la cama. Estaba preocupada mirando mi cara. La miré fijamente tratando de entender lo que tenía en mente.

—"Has vuelto a decir su nombre" —suspiró Pansy, llevando mi mano a la suya. No tengo ni idea de por qué pone esa cara de preocupación por eso.— "¿No lo entiendes, Janelle? Está muerto. No volverá"

Apretó mi mano con fuerza con los ojos llorosos. Nunca la había visto tan sensible, en lugar de burlarse de la gente de alrededor como Draco. Se preocupa por mí, se preocupa por mí. Me sentí tan apenada por la forma en que me burlé de ella con Draco. Apreté su mano hacia atrás de forma tranquilizadora.

—"No te preocupes, estoy bien"— le dediqué una pequeña sonrisa haciéndole creer que las palabras que le dije eran de verdad.— "Es que no puedo borrar esos recuerdos, eso es todo"

—"Estás en una negación Janelle" —Añadió con una mirada comprensiva en sus ojos.— "Al final, te sentirás herida"

—"Soy consciente de ello, Pansy" — suspiré.— "Pero no puedo evitarlo"

Unos momentos de silencio cayeron sobre nosotras. Sin saber qué hablar a continuación. Ella tenía razón. Me van a hacer daño en el futuro. No será soportable como esperaba.

—"Prepárate, hoy es la tercera prueba"— Pansy dirigió la conversación tratando de aligerar el ambiente. —"Al menos, vendrás a esto, ¿no?"

No tenía ningún deseo de ver eso, ya que sabía que mi mente no iba a estar concentrada en algo directo. Ya había decidido pasar el día, buscando más sobre mis sueños.

—"En realidad, tengo..."

—"-algo de trabajo que hacer" —completó Pansy poniendo los ojos en blanco. Me río de sus acciones. — "¿En qué trabajo tienes que estar tan ocupada? ¿En la biblioteca?"

Su voz se elevó, mitad enojo y mitad decepción desvaneciendo mi risa. Porque, los abandoné dos veces. Es absolutamente justo hablar así.

—"No, Pansy, iré. Te lo prometo bien, pero puede que se me haga tarde" —sonreí tratando de mejorar su estado de ánimo.

Primero puso los ojos en blanco, argumentando. Razoné lo mismo sin decir exactamente lo que pensaba hacer, una y otra vez, finalmente estuvo de acuerdo conmigo y me dijo estrictamente que debía estar allí antes de que terminara la prueba.

El tiempo pasó, oí los vítores y los sonidos de los instrumentos a pesar de estar sola en el dormitorio. Saqué mi diario, que nunca había escrito nada sobre mi vida. Sinceramente, no soy una persona de diarios. Me resultaba aburrido escribir todos los días. Pero hoy, pensé en escribir cada punto de mis sueños. Pasé las páginas laterales del diario, saqué la pluma y empecé a escribir.