El Ángel del Señor Oscuro || Tom Riddle.

8.

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CONTENIDO MADURO

—"Hay algo ahí",— señaló Tom en la parte superior de mi labio superior. Moví mis dedos hacia allí para apartarlo. —"No, está ahí, tonta".

Se rió cuando intenté quitármelo.

—"¿Ya está?"

—"No, déjame", —entonces se inclinó hacia el cierre y lamió el rastro de mi labio superior. —"Cerveza de mantequilla".

Me quedé atónita, mirando a Tom lamiendo su lengua; estaba avergonzada. No me atreví a mirar a mi alrededor, sino que lo miré fijamente a los ojos.

—"Ojalá no lo viera nadie".

Dejé escapar un suave suspiro de mis labios cerrando los ojos. Entonces le oí reírse antes de que sus labios estuvieran sobre los míos. Correspondí al beso, tirando finalmente de su camiseta. Su mano recorrió lentamente la parte interior de mi muslo bajo la falda. Jadeé ante el beso antes de separarnos.

Abrí los ojos y traté de ver si había alguien mirando por encima de la mesa donde los alumnos de séptimo curso se besaban en la esquina de Las Tres Escobas, especialmente el jefe de estudios con una chica al azar. Me sentí un poco incómoda por si mi hermano gemelo nos ve aquí.

—"No lo hagas",— Tom me impidió que mirara a su alrededor. —"Sólo mírame, no te preocupes por nadie. Imagina que sólo somos nosotros dos".

Asentí, observando cada centímetro del chico del que me he enamorado. El pelo negro azabache, el mechón de rizo apoyado en su frente, la jabalina afilada, los pómulos perfectos, los labios carnosos y los ojos marrones oscuros que me perdían cada vez que los encontraba.

—"Me miras como si fuera un trozo de pastel", —su preciosa sonrisa se dibujó en su cara.

—"Admirando", —sonreí mirándole que se sonrojaba. ¿Se está sonrojando? ¡¡¡¡Oh no!!!!

—"Por fin, después de tener tres años de relación pudimos venir a una cita como Dios manda", —su mano seguía en mi muslo, aunque sus ojos estaban fijos en los míos.

—"Pero, para mí, era una cita siempre que estaba contigo" —me encogí de hombros.

—"¿De verdad?" —Negó con la cabeza.

¿Qué había hecho yo para tener una persona como él?

—"Entonces hagamos esta cita mejor ya que es la primera", —hizo una pausa y observó cada centímetro de mi rostro. —"¿Qué sabes de la inmortalidad?"

—"¿Eh?"— Me pregunté ante su pregunta.

—"Quiero decir, ¿qué haces si tienes la oportunidad de vivir para siempre?". —Pasó lentamente sus dedos por mi muslo dibujando círculos invisibles. Se acercó más a mí.

—"No me gusta", —respondí con seguridad. Sus cejas se alzaron como para indagar más.— "No me gusta ver morir a mis seres queridos delante de mis ojos. Me duele, ya sabes".

—"¿Es así?" —Se frotó la barbilla y habló. "¿Y si lo tenemos los dos?"

—"Sigue siendo la misma respuesta", yo seguía boquiabierta por las cosas que habla; la inmortalidad y la vida eterna. —"Sinceramente, me gusta tener una vida normal, después de la graduación ser profesora de pociones en Hogwarts, tener hijos y verlos asistir al mismo colegio al que fui, pasar el tiempo con los brazos de mi marido y hacer el amor".