El Ángel del Señor Oscuro || Tom Riddle.

25

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—"No"— grité en un tono alto, sentándome en el lugar donde estaba acostado. Era mi habitación, en la Mansión, en mi cama. Al abrirse la puerta, dejé de gritar. Draco, la tía y el tío irrumpieron en mi habitación rápidamente. Sentí un dolor en la cabeza, mi palma cubrió la frente tratando de calmarme. Los latidos del corazón más rápidos, la fina capa de sudor en mi cuerpo, me daba pánico.

—"Nell, ¿estás bien?"— Draco llegó hasta mí y se acomodó en la cama. Su mano se posó suavemente en mi hombro, que yo aparté con rabia.

—"No te atrevas a tocarme, Malfoy"— ladré haciendo que me viera con ojos chocantes. Le lancé una mirada de muerte y también a Lucius Malfoy. Ellos me miraron, frunciendo el ceño, tratando de entender lo que me había pasado. Intenté hablar pero de repente empecé a toser. Era continua y mi mano en la frente voló automáticamente sobre el pecho tratando de recuperar la respiración.

—"¿Estás bien?" —Preguntó Draco entregándome un pañuelo

Lo cogí sin dudarlo para toserlo, expulsando la sangre. Draco vio los puntos carmesí en la tela. —"Mamá, está tosiendo sangre"

La voz de Draco era temblorosa, sosteniendo mi mano con fuerza. Mi mente empezó a darse cuenta de que este es el lugar donde crecí, no te mataron a ti, sino a Abraxas. Inhalo el aire y lo exhalo, pocas veces para calmarme.

La tía apartó a Draco y se acomodó a mi lado. Puso el dorso de su mano en mi frente y luego en mi cuello. —"¡La fiebre ha desaparecido!"— Miró a Lucius, que asintió como respuesta. —"¿Estás bien, cariño?"

Asentí con la cabeza, sin evitar que las lágrimas rodaran por mi mejilla. Estallé en un sollozo, lo que hizo que me miraran estupefactos.

—"Cariño, ¿qué ha pasado?" —La tía se acercó y me rodeó con su brazo. Yo sollozaba contra su hombro mientras ella me daba palmaditas en la espalda para consolarme. —"Estamos aquí amor, no te preocupes"

—"Janelle, ¿qué te ha pasado? ¿Por qué lloras?"— Lucius estaba preocupado por primera vez. Me separé de la tía mirándolo.

—"Estoy..." —tosí dos veces. —"-Bien, sólo es una pesadilla" —volví a toser. Sentí que mi garganta estaba seca y tenía un sabor metálico a saliva. Entonces, mi estómago comenzó a gruñir. La tía me pasó el vaso de agua. Cuando tomé el primer sorbo, la garganta empezó a picarme de dolor, me negué a beber.

—"Bébetelo todo, Janelle", —insistió la tía y comencé a beber lentamente.— "Lucius, nos reuniremos para cenar, yo la llevaré"

El tío asintió y dejó a Draco y a la tía conmigo solos.

—"¿Cuánto tiempo he estado durmiendo?"— Pregunté dándole el vaso vacío a la tía.

—"Hace cuatro días que perdiste el conocimiento" —respondió la tía. Entonces todo inundó mi mente, Hogwarts, la muerte de Cedric y Voldermort.— "Hablaremos más tarde, primero cena, debes comer bien"

La tía esbozó una cálida sonrisa y asintió a Draco antes de salir de la habitación. Levanté la vista hacia Draco que ya me miraba fijamente.

—"Lo siento" —solté recordando la forma en que le grité. —"Yo... yo sólo estaba..."

—"No pasa nada, ¿ya estás bien?" —Preguntó, plasmando una experiencia preocupante en su rostro. Se acomodó a mi lado en la cama. Asentí con una débil sonrisa. Se dio la vuelta, mirando a la puerta cerrada como si se asegurara de que no había nadie. Luego me encaró. —"¿Era Tom Riddle?"