Amigos y nada más

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—Tengamos otra cita

—No. —contesté con naturalidad mientras rellanaba la hallaca, ahora faltaban las del 31 chama. Este suplicio no habías terminado. Aunque por dentro quisiera darme unas cuantas cachetas' a mí misma

El 24 había cerrado con broche de oro con esa propuesta de Ross hacia la hermana mía. Quienes estaba viviendo una luna de miel y no se dejaban de oler los peos ahora.

Claramente, papi no andaba contento.

Y el señor Dimitri menos.

Andaban con la andropausa a cinco mil, nadie los soportaba. Ella era, la princesa, y un chino come arroz se las quería arrebatar. Pero mami Irene y mi mai' como defendían a ese hombre, chamo.

Sin embargo, aquí estaba, rechazando estar con el hombre de mi vida.

—¿No? —dijo confundido—, pero creí que te gustaba salir conmigo

Solté la hallaca que estaba rellenando y miré a Tom

—Es mejor no dejarnos llevar, por ahora quiero estar tranquila con el liceo—lo dije tan seria, así que decidí bromear para aligerar el ambiente—. De paso que eres burda de intenso, y la intensa tengo que ser yo. No me puedes quitar el puesto. Yo soy la fan obsesionada y tú el actor inalcanzable

Vi como el brillo en sus ojos era distinto, pero su cara risueña era igual

—¿Amigos? —me extendió su mano de forma amistosa

—Panas —y yo la estreché. Por dentro estaba a nada de gritarle que yo quería hasta los carajitos con su apellido. Pero tenía miedo. A raíz de mi acercamiento con él, los medios estaban siendo de todo menos amables. Para ellos yo era una busca fama que le estaba truncando su carrera.

No quería seguir siendo la comidilla de la prensa, además, Thomas no debía arruinar su vida por una simple caraja. Pues me había enterado que habían como 3 películas de spiderman por grabar, y sabía que Tom no había hablado de nuevo con Zendaya. No quería que por mi culpa su relación profesional fuera incómoda. Además, dentro de poco él se olvidará de mí y yo solo sería en su vida una fan enamorada más.

(200 hallacas después...)

—Estoy... —inhalé—, vuelta mierda.

—Naguevoná, mami nos sacó la chicha —contestó mi gorila, aka Sandra

—Me siento cuando Eliazar, el profesor de deporte nos sacaba la chicha en educación física —dijo la Andrea y chamo esa gente habla que habla. Como por arte de magia, mi hermana salió del paraíso y aterrizo en el planeta tierra. Donde tiene que lavar las hojas de las hallacas. Ya que, navidad es una fecha sagrada para nosotros, y así tenga su marido, esta fecha no es negociable. Y menos ahora, que papi y Dimitri andan más ariscos que gato con sarna.

Las muchachas hablaban pero yo ya no estaba en ese plano, yo me quedaba viendo a Tom desde la cocina.

Verga pero papi, tú estás bello, así todo vuelto leña y estartalao en el mueble de la sala

—¡ANGELICA!—me gritaron en la pata del oído la Alessandra y la Andrea.

—¡Verga, pero, ¿qué te pasa, lampepiso?

—Mami, te estoy preguntando que si ya pensaste en qué coño vas a estudiar, cuando salgas de la vaina aquella.

—Bueno mami, yo quiero ser profesional. Pero no sé en qué —comenté

—Alessandra sería muy buen pro, pero pros-tituta. —respondió con tranquilidad—, pero decidió ser pro-fesora.

—Deja la envidia, que cuando monte mi teiboldans no voy a creer ni en Cristo—respondió humilde

Nagüevoná, Tom || 𝑻𝒐𝒎 𝑯𝒐𝒍𝒍𝒂𝒏𝒅 (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora