¿Y Fer?

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Angélica

7 camionetotas nos seguían, y yo estaba más emocionada que carajito yendo al parque. Tenía la mano de Tom súper apretada de lo nervios que cargaba encima.

-Angelic, creo que no siento mi mano. -me dijo algo apenado.

-¡Ay, qué pena!-la solté de forma abrupta.

¿Y si la gente que me abucheaba, y si me odiaban por impedir que Tomdaya existiera?

Mi rostro cambió completamente, y solo expresaba miedo, e incertidumbre. Pensar que la gente me odiaría solo me daba pavor.

-Bien-se giró hacia a mí-. Dime qué te sucede

-Estoy nerviosa, chamo. De pana, tengo a Cristo en la jeta.

-¿Pero por qué? Es decir, no tienes que responder nada sino quieres.

-¿Se supone que me van a hacer preguntas?-dije confundida, ahora si me fui en mierda, chamo.

Sino fuera porque la vaina esta tuviera un aire arrechísimo, ya estuviera sudando más que pollo en brasa.

-Cálmate, ¿Sí? -habló mientras me miraba de forma apacible.

Coño, pero si me miras así, me dan ganas de encerrarte en la camioneta conmigo y ya.

«¿Eres mi pareja, no? Nadie te hará preguntas incómodas, las responderé por ti.

-¿Y si te preguntan la vaina más incómoda del planeta?-pregunté riendo, algo más calmada.

-Pues, nada puede ser más incómodo que la vez que revelé parte de mi guión en el show de Jimmy Fallon.

Que boca abierta, chamo. Como me gusta JAJAJAJA.

-Tienes razón, nada le gana a esa vaina.

Lo vi sonreír mientras sus ojitos se achinaban, así poquito. De forma involuntaria puse mi mano en su mejilla, mientras que la acariciaba con delicadeza, me fue inevitable, no querer sentir su tacto y su calor. Fue cayendo poco a poco ante eso, cerrando sus ojos completamente relajado.

-Si tocas mi mejilla de esta manera, ya no querré ir a la premiere -musitó con los ojos cerrados.

-Es tu película

-También es de Eli, Rob, Chris, Hemsworth...

-Bien, bien. Ya te entendí-lo interrumpí entre risas-. Pero no puedes faltar, gafo. Una premiere sin ti, no firula.

Pegué mi espalda del espaldar, colocando mi cabeza en su hombro mientras lo miraba desde allí, sin despegar mi mano de su rostro.

-Si prometes disfrutar esta noche a mi lado, lo haré tanto como tú-susurró, mientras me miraba, con su boca a centímetros de la mía.

Que me bese, que me bese, que me bese

Estaba a punto de no pararle ni una pizca de bolas a que el conductor nos miraba confundido desde la cabina a través del retrovisor, y casi me lo como.

Él era la bandeja de tequeños en la fiesta, y yo era el carajito lambuceo.

Cuando casi casi estuvimos a nada de besarnos, la camioneta quedó tiesa, de repente. Ambos nos miramos curiosos, y observamos nuestro alrededor.

Habíamos llegado a la vaina cuestión.

Coño 'e la madre papadio'.

Tom se rió algo desilusionado, y yo me eché pa'trás. Se fue a la otra puerta, saliendo de la limusina, para abrir la puerta de mi lao' pa' mí.

Nagüevoná, Tom || 𝑻𝒐𝒎 𝑯𝒐𝒍𝒍𝒂𝒏𝒅 (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora