Hay que joderla de noche, porque así no se ve

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Llegué al salon de eventos de la vaina esta con la jeta abierta, esto no lo había en el pueblito de una. Busqué con la mirada a Andrea y Alessandra, pero ellas estaban muy entretenidas hablando por videollamada con quien supuse que era mi mamá.

Un cincuentón pelón, con barriga de cervecero, traje negro y lentes

—Señorita...—llamó mi atención—. Tiene un pase?

¿Tienes que tener un pase pa' estar en esta verga?

—No

El tipo sin preguntar mucho, me agarró por el ala con una brusquedad

—EPA. SUÉLTAME EL BRAZO, MAMAGÜEBO—comencé a chillar, removiendo mi brazo.

—Si va a insultarme hágalo en un idioma que logre entender—dijo sin mirarme mucho.

—Lánzate de un edificio, a ver si rebotas por lo sapo que eres, coño 'e tu madre

Sentí como mis piernas de despegaron del piso y comenzaron a sacarme de ahí

—Usted tampoco es muy ligera

Este trimascawebo

—LIAM, ESTE COÑO 'E MADRE ME ESTÁ LLEVANDO—grité en toda la sala.

Vi a quién menos quería frente a mí

—Rosco, suéltala—demandó Tom con el entrecejo fruncido, mientras resoplando con fastidio.

Ah vaina, y este?

—Señor, esta chica no tiene un pase. —musitó apenado.

Ah vaina Rosco. Pero si tú soplas, Tom cae como estampilla, ¿cómo que te vas a dejar joder?

—Es porque es invitada del señor Sam, y mía también. —¿que yo soy tu qué?—. Así que si no la sueltas, esta novatada podría ser la última.

Vi a Rosco poner ojitos de perrito regañado, mientras me depositaba en el suelo con cuidado—. Le prometo que no, señor. Además, necesito este trabajo tengo hijos, que dependen de mí

Coño Rosquito, no me digas esa vaina, que lloro.

—Piénsalo mejor la próxima vez.

¿Tom era tan mala sangre así?

—Epa, no le hables así, él solo está haciendo su trabajo—bufé yo poniéndome al lado del panzón.

Hasta él me miró asombrado, pero no me llevó la contraria.

«—Fue más rústico que una pantaleta de cuero de cachicamo, pero no lo regañes por mi culpa—pedí algo apenada.

Tom me miró confundido, sin embargo, respiró tratando de calmarse.

Ay sí, cuidado y me rompo de lo delicada que soy.

—Hay 2 chicas más que no tienen pase. Andrea Gomez y Alessandra Giacinti. Ellas también son nuestras invitadas, ¿Ok?

—Si señor—musitó avergonzado. Comenzó a caminar hacia la entrada del salón quedándose estático allí.

Vi a Tom abrir y cerrar la boca en mi dirección en cuanto quedamos solo. Quería hablar, y mala leche, porque yo no quería hablar con él. Me di la vuelta algo arrecha todavía, al fin y al cabo, me puso a mí por mentirosa, y además trajo a esa bicha al viaje.

Caminé hasta la salida del salón de eventos y llegué hacia un mini balcón que había allí, a su vez parecía ser privado. Sabía de antemano, que Tom me estaba persiguiendo, así que era mejor soltar los coñazos de una vez y dejarnos las vergas claras.

Nagüevoná, Tom || 𝑻𝒐𝒎 𝑯𝒐𝒍𝒍𝒂𝒏𝒅 (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora