Ajá, llegué yo

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Fernanda

Tom y yo parecíamos el agua y el aceite, el vinagre y la azúcar. No pegábamos en nada, no nos soportábamos.

Yo no lo soportaba a él por grosero, dándosela de más alzao' que el obelisco. Y él no me soportaba a mí porque yo andaba echando coñazos al aire y él parecía Rocky Balboa.

Pam

Pam

Pam

Volteé la cara como la mujer del exorcista, mirando qué coño era lo que hacía ese ladilloso ruidito.

Era él, tacleteando su gran patota.

—¿Podría dejar de hacer ese ruido?

—No.

Este relambewebo...

¿Con que esas traemos? Ok.

Rebusqué algo en mi cartera que era una mausquerramienta completamente necesaria para un guaro en épocas decembrinas.

"the blutu is konectet"

Mi cornetica, la que nunca me falla, nagüará.

Ay chirinchira,
Viene empolva
Ay chirinchira,
Y muy arregladita
Ay chirinchira ahí viene la negrita con su blusa almidonada
Trae un sol en su mirada y un coral en su boquita
Ronquita y muy perfumada cual preciosa florecida

Nojoda, yo armé el concierto del año en ese carro, AY CHIRINCHIRA.

Viva Venezuela compai'.

Yo estaba cantando más inspirada que viejo en ratonao' porque lo dejó la carajita. Es que cuando uno canta la gaita, hermano; eso es un sentimiento, una vaina, un llanto, una situación.

"The blutu divais is diskonectet"

—TRAE UN SOL EN SU MIRADA...—estaba cantando antes que el malasangre ese me apagara mi perol—. ¡Cooooño, venía la mejor parte, nojoda!

—¿No puede estar un solo minuto sin buscar una discusión?

—Ah coño, pero esta es nueva. Ahora no se puede canta'. ¿Se le ofrece algo más, príncipe Carlos, o es que hasta la forma en la que respiro le molesta? —inquirí con un tono sarcástico.

—No puede simplemente encender su reproductor de mp3, y esperar a que eso no me moleste, cuando está poniendo una música tan estridente.

¿ESTRIDENTE?

¡ESE GUARO SE METIÓ CON MI CARAJITO CHIQUITO!

—Mirá, vos. —lo señalé seria—. Vuelves a metete' con la música de mi rancho, y me voy a volver tu pesadilla cantándote gaitas todo el estreno.

—Por Dios, esa música es desagradable, es como un intento barato de música country.

¡MARDEEEETO!

Ahora sí, me volví Hulk.

Le arranqué mi cornetica e' la mano, y cambié a la gaita más estrambótica que tiene Venezuela.

Las de Maracaibo 15.

NOJODA, ESE CARRO REVOLUCIONÓ.

Nagüevoná, Tom || 𝑻𝒐𝒎 𝑯𝒐𝒍𝒍𝒂𝒏𝒅 (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora