la salida

48 4 2
                                    


A la mañana siguiente me levanté alegre, pues era sábado y que mejor día de la semana que el sábado, fui a la cocina y bebí café, saludé mi gato que dormía en una silla del comedor y por último me senté en el piano, me dispuse a tocar algo, pues la semana estuvo llena de sentimientos y emociones y necesitaba liberar todo eso en unas pequeñas notas y acordes; empecé a improvisar con notas de las escalas menores, esas notas le dan a la melodía un ambiente lúgubre y todas mis tristezas y malas energías las podía plasmar en dichas armonías. Después de tocar esas notas pasé a notas de la escalas mayores, esas notas le dan a la melodía un ambiente alegre y animado; con dichas notas pude plasmar mis alegrías y buenos momentos de la semana, era un habito que tengo desde los 13 años y me ayuda bastante con el estrés que genera la vida cotidiana, "Toda canción que escuches es el aliento o desahogo de un músico" . Toda mi vida se movía en la música siempre ha sido mi pasión, mi gimnasio era una batería, mi psicólogo era un piano y mi consuelo era un par de auriculares.

Después de esto me dispuse a tomar el desayuno, mientras iba comiendo me acordé que hoy saldría con Milena y de un salto me levanté de mi puesto, no tenia un solo peso para brindarle algo en la salida, la única salvación era mi padre pero sabia que él aprovecharía la situación y me pediría un trabajo pesado a cambio del préstamo, no habiendo de otra le dijé.

-padre necesito que me preste dinero-

me miró con cara perversa y me dijo

-claro te prestaré el dinero que quieras pero me pagaras con el 15% de interés y me tienes que lavar el auto-

Era un aprovechado e injusto pero no habiendo de otra acepté, lavé el auto, al acabar mi padre me dió lo acordado y rápidamente me vestí para la salida, eso me alcanzaba para ir a cine, los transportes mios y de ella y para comer en un establecimiento, así que le marqué al celular, duró unos segundos cuando de rrepente se escucha una melodiosa voz diciendo "hola".

-Hola Milena ¿estas lista??-
-si estoy lista-
-ok ya paso a recogerte adios -
-vale aquí te espero adios-

Al llegar donde Milena como cualquier chica se demoró al salir, esperé, esperé y esperé......; cuando por fin salió, todo ese tiempo de espera valió la pena, pues al verla arreglada con sus rulitos naturalmente bien formados y su vestuario informal le daba un aspecto agradable a mi vista, pues era la primera vez que mis ojos podían admirarla sin uniforme colegial así que era nuevo para mí y me agradó bastante.

En el camino nos fuimos hablando como siempre cosas irrelevantes quise invitarla a un parque de diversiones, pero ella se incomodó, no se sentiria bien hací que acepté y fuimos como otra opción al cine;

Observaba inútilmente la película, pues Milena dejaba salir pequeñas risitas que me agradaban, cada movimiento de ella desprendia su aroma a niña dulce, todas esas cosas me relajaron y disfruté como núnca antes la película.

Al acabar la película Milena tenía hambre así que busqué un establecimiento de comida y cenamos algo, ella se sentía apenada lo ví en su mirada, ella no estaba acostumbrada a que alguien la halagara y la "consintiera" de esa forma, pero debia acostumbrarse, con migo ella no le faltaría nada asi me tocara lavar 1000 veses mas el auto de mi padre.
Al acabar ella tan delicada y dulcemente me agradeció la salida y la cena, yo le dije -mi mayor agradecimiento es que tú aceptaste venir con migo-

Se le encendieron las megillas cosa que me agradó y nos dispusimos a cojer el bus para llevarla a la casa, ella me pidió que la dejara pagar el bus, al verla tan apenada acepté; Al llegar a la casa nos abrazamos, me agradeció la salida, me dijo que la habia pasado muy bien y luego se alejó en medio de esos edificios residenciales.

Yo estaba feliz, fue una tarde muy agradable, me dispuse a cojer el bus para mi casa, al llegar me acosté rápidamente y descanse pues mañana tendría que pensar como hiba a pagarle al aprovechado de mi padre.

ElísabetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora