Canadá

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15 de agosto del 2025.

Han pasado 10 años desde que me mudé a Canadá, hace cinco años acabé mi carrera de psicólogo y actualmente trabajo en un consultorio muy reconocido, tengo una linda casa amplia, un hermoso August Förster Alemán negro en la entrada de la casa, el auto de mis sueños un Dodge Challenger negro V8 con dos rayas blancas en el centro, y una hermosa familia, en los cinco años restantes conocí a A'marie mi actual esposa, una linda canadiense rubia de ojos claros, que me regaló dos hermosas hijas, Caeli y Sabrina ella me amaba y yo a ella, sin embargo nunca pude entregarme el 100% a ella, ya que Elísabet nunca salió de mis pensamientos.

Por mucho tiempo recordé ese último beso que nos dimos con Elísabet hace diez años, todavía recuerdo sus suaves manos, sus labios, su esencia, todo, muchas veses me sentí mal porque cuando estaba en la cama con A'marie no veía a mi esposa sino a Elísabet allí, a pesar de que A'marie me amó como ninguna persona lo había hecho, ella no pudo llenar el vacío que dejó Elísabet, ella sabia de Elísabet y muchas veses estuvo consolandome tratando de hacerme entender de que ella podía llenar ese vacío cosa que no ha podido hacer.

Hoy me siento mal, pues a pesar de que en estos diez años no supe nada mas de Elísabet, ella me hace falta, quise desahogarme y me senté en el piano y tocar unas pequeñas notas, sin embargo no sentí alivio, las cuerdas del piano resonaban haciéndome caer mas en ese hueco profundo de tristeza, así que me levanté, dejé dinero a A'marie para que comieran algo ella y las niñas y me subí al auto, aceleré por toda la autopista hasta donde las revoluciones del auto daban, el auto rugía a tal velocidad aprox 180 km/h el límite del auto.

Pensé en Elísabet, en mi vida condenada a vivir miserable, pues a pesar de que tengo bienes, una esposa e hijas, mi vida no tiene sentido si Elísabet no estaba en ella.
Mientras veia los autos pasar por mi lado muy rapidamente, me llegaron como rafagas pensamientos de Elísabet, sus cabellos, su risa, su suave piel color miel, nuevamente su esencia ...
¿que estará haciendo ahora? ¿donde esta? ¿Será que aún se acuerda de mi? ¿aún me amará? ¿que sera de la vida de aquella mujer de ojos marrones que me enamoró?..... todo esto vino a mi mente sin percatarme que la aguja del auto ya marcaba los 185 km/ h.

ElísabetDonde viven las historias. Descúbrelo ahora