Capítulo 21

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No le quedó más remedio que informar a su superior, necesitaba su arma reglamentaria y placa, que tuvo que entregar cuando le dieron de baja.

—Tom, creo que ya dejamos las cosas claras—dijo Ford negando con la cabeza.

—Créame señor, sé que el caso no está cerrado del todo—trató de convencerlo de nuevo—No veo a Georg mandando anónimos a Bill, él solo quería asustarlo. Esas notas son de un loco que no cesará en su empeño hasta lograr una cosa: poseer a Bill. No cuadra que Georg le mandara los anónimos, Bill y él se habían acostado en más de una ocasión. Georg solo quería asustarlo y las cosas se le fueron de las manos, pero no creo que fuera el loco que estamos buscando.

Dejó de hablar porque sentía que le faltaba el aire, se sentía impotente tratando de hacerle comprender a su superior que una valiosa vida corría mucho peligro y él haría todo lo que estuviera en sus manos, ya fuera contando con su apoyo o tan solo como se sentía...

—Llévese a los agentes que necesite—accedió Ford resoplando.

Abrió el cajón superior de su escritorio y le entregó la placa y su pistola, que Tom cogió con firmeza mientras se lo agradecía con una amplia sonrisa. Salió del despacho y fue a ver a un par de compañeros con los que mejor se llevaba y trabajaba. Los puso al corriente de la situación y se pusieron en marcha.

Al final decidió que lo de ir de incógnito quedaba descartado, si había alguien aún tras Bill se esperaría que estuviera él a su lado. Era consciente de que la gente le había visto en la semana que hizo de guardaespaldas estar siempre al lado de Bill y su cara era ya conocida entre la gente del espectáculo. David le había presentado a varios productores como su..."asistente personal", y estos a su vez habría dicho a más gente quien era el joven que siempre acompañaba al famoso cantante, desechando la idea de un novio nuevo que estaba durando esa vez más tiempo que los anteriores.

Si, él sería esperado pero nadie se imaginaria que había una docena de agentes cubriéndole las espaldas. Si alguien hacía un movimiento en falso, antes de que se diera cuenta se vería rodeado y encañonado.

Regresó a su piso mucho más contento e hizo una pequeña maleta. Había llamado a Gustav para explicarle cual iba a ser el plan y le pidió discreción absoluta, aunque sabía que podía confiar plenamente en él. Quedaron en que iría esa misma noche a la casa de Bill y saldrían todos juntos a la mañana siguiente al aeropuerto donde un avión les llevaría al lugar de la gala, que se celebraba en Oslo. Allí ya tenían una planta entera de hotel reservada solo para ellos y descansarían hasta la hora de la gala, programada para las 7 de la tarde.

Metió solo lo necesario, acordándose de algo de ropa elegante, pues mucho se temía que tendría que acompañar a Bill por la alfombra roja y no le dejarían ir en playeros. Pero eso no era ningún problema, tenía la ropa y el calzado apropiado para la ocasión. Lo dejó todo bien guardado en su maleta y entrando en su coche se dirigió a la casa de Bill Trümper.




— ¿Qué has hecho qué?—gritó Bill sin quererse contener.

—Digo que he llamado a Tom Kaulitz—repitió Gustav resoplando.

Quedaba menos de media hora para que apareciera por la puerta de casa y pensó que ese era el mejor momento para contarle los planes al cantante.

— ¿Y para qué demonios le has llamado?—siguió Bill gritando.

—Por que dijiste que le necesitabas—contestó Gustav tratando de mantener la calma.

I would die for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora