Capítulo 12

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No se podía creer lo que estaba leyendo, ¿cómo iba Bill a hacer eso? Masturbarse en su propia cama y luego llamar a la policía diciendo que había entrado un extraño en la casa. No, Bill era algo alocado pero no para inventarse una cosa así.

Cerró el portátil y cogiendo el móvil llamó a su superior.

—Tom, esperaba tu llamada—saludó el capitán Ford.

—Señor, acabo de leer en informe y debe haber un error—dijo Tom yendo directo al grano.

—Han repetido los análisis cuatro veces y siempre ha salido el mismo resultado—explicó Ford—No hay ninguna duda, ese jovencito nos está ocultando algo.

—No lo creo, Bill está realmente asustado—dijo Tom con firmeza—Hace dos días casi muere en la sauna, la puerta estaba cerrada por fuera.

—Pudo haber contratado a alguien. Quiero interrogarle en persona, tráelo a comisaría mañana mismo—ordenó Ford.

Tom asintió a regañadientes, no iba a poner a discutir con el jefe. Colgó el móvil con una idea en mente, tenía un día para encontrar las pruebas necesarias que exculparan a Bill. Se levantó del sofá y regresó a la cocina, donde su hermana ya estaba liada con la comida.

—Bill me está echando una mano—comentó Claire con una sonrisa.

—No sabía que se te daba bien la cocina—dijo Tom mirando a Bill sorprendido.

—Hay muchas de mí que desconoces—murmuró Bill mirándole fijamente.

Tom le miró a su vez, pensando en lo que se escondía tras sus palabras. ¿Qué era lo que aún no le había contado?

No tuvo tiempo de averiguarlo, Claire le puso a trabajar también y no se pudo negar. Hacía mucho que no veía a su hermana y la echaba de menos. Pasó una agradable mañana conversando con ella y viendo como Bill se relajaba y bajaba la guardia, contando cosas de su pasado a su hermana que él no había logrado aún sonsacarlo, como que cuando murió su madre tuvo que hacerse cargo de sí mismo porque su padrastro cayó en una depresión, encargándose él mismo de cocinar y cuidar de la casa.

Escuchó con atención cada una de sus palabras, esperando que les confesara algo más. Pero nada. Aunque tampoco esperaba que dijera delante de su hermana que sufrió abusos por parte de su padrastro, aunque eso aún no lo tenía muy claro.

Sus padres regresaron cuando estaban poniendo la mesa y comieron todos en la cocina. Bill siguió hablando con su hermana, muy interesado en sus estudios y su afición a diseñar. Simone los escuchaba con una sonrisa, viendo lo bien que se llevaba su hija con el novio de su hermano.

Terminada la comida, Claire propuso ver una película y aunque Bill se negó al principio no le quedó más remedio que ceder cuanto Tom le contó sus planes.

— ¿Te vas tú solo?—repitió Bill como si no le hubiera escuchado.

Estaba sentado en la cama de Tom, en su antigua habitación observando como se cambiaba de ropa.

—Es por un asunto de trabajo—murmuró Tom resoplando.

Quería acercarse a comisaría y hablar con el forense, que le explicara como era posible que la muestra de semen pudiera ser de Bill.

—Pues voy contigo—dijo Bill poniéndose en pie.

—Te he dicho que de esta casa no sales—gruñó Tom—Dijiste que harías todo lo que te pidiera, y ahora...te suplico que por favor bajes a ver una película con mi hermana y no salgas de la casa.

—Pero...si tú no estás, ¿y si viene ese loco?—preguntó Bill haciendo un puchero.

—No tiene ni idea de que estás aquí, y mi padre está al tanto—explicó Tom—Tuve que contárselo para poder salir y dejarte en buenas manos.

— ¿Le has dicho que no somos novios?—preguntó Bill alzando una ceja.

—No, me he saltado esa parte—contestó Tom carraspeando—Haz lo que te he pedido, por favor.

Le vio asentir resoplando y terminó de cambiarse de ropa. Cogió una cazadora y se arrodilló sacando su arma reglamentaria de una caja de metal pequeña con candado que tenía bajo la cama. Sus padres lo sabían y también su hermana, pero nunca jamás la tocaban. Cogió el arma y se la metió en la funda que llevaba en un costado.

Hizo una señal a Bill y salieron de la habitación, reuniéndose con sus padres y hermana en el salón.

—Salgo a hacer un recado—explicó cogiendo a Bill de la cintura.

Le dio un leve empujón para que se adelantara, pero Bill no se movió de donde estaba. Se giró y para asombro de la familia de Tom, se apoderó de sus labios y besó en profundidad. Tom se dejó hacer, cogido por la sorpresa. Permitió que su lengua invadiera su boca, dejó que pusiera las manos en su cuello y le atrajera por el para que no se alejara...dejó que sus sentimientos le delataran y cogiendo firmemente a Bill por la cintura tomó el control del beso. Le expulsó de su boca y entró él en la suya, recorriéndosela y haciéndole estremecerse entre sus brazos.

Solo dio el beso por finalizado cuando sintió que le faltaba el aliento y Bill suspiraba y gemía contra sus labios. Se separó todo cortado sintiendo los ojos de sus padres fijos en él y escuchando la risa que se le escapó a su hermana.

—Vuelve pronto, cariño—susurró Bill sin vergüenza alguna.

Asintió en silencio y salió de la casa. Entró en su coche y condujo a comisaría con el sabor de ese dulce beso aún en sus temblorosos labios...





Estaba tardando más de lo que se esperaba, el capitán Ford quiso hablar con él en persona para repetirle que le llevara a Bill al día siguiente. Le explicó como pudo que él no pensaba que Bill estuviera jugando con ellos, pero insistió en hacerle un par de preguntas. Accedió estar con Bill a las 9 en punto la mañana siguiente, y entonces bajó al laboratorio donde le estaban esperando.

Pero antes hizo una llamada, no quería que Bill se preocupara si tardaba.

—Hola cariño—saludó Bill sonriendo ampliamente.

Resopló imaginándose la situación, Bill sentado al lado de sus padres sonriendo tontamente porque su novio le había llamado.

—Bill, voy a tardar un poco más—explicó Tom cruzando los dedos.

Pero no sirvió de nada, escuchó como Bill se disculpaba con sus padres y luego como taconeaba escaleras arriba. Buscaba un lugar privado para poder gritarlo...

—Llevas dos horas fuera—le recriminó una vez a solas— ¿Vas a pasarte toda la tarde de fiesta?

—Estoy trabajando en tu caso—le recordó resoplando—Solo será una hora más.

—Tom, me aburro—saltó ya Bill—Tu hermana tuvo que irse a casa de una amiga a estudiar.

—Bill, tengo que colgar—dijo Tom, viendo al forense hacerle una señal—Vamos, fijo que te puedes entretener tú solito.

No le dio tiempo a contestar, colgó el móvil y se reunió con el forense. No quería hacerle esperar, le iba a obligar a hacer el mismo análisis una vez más y Bill le estaba entreteniendo.

Se quedó mirando el móvil, como si así pudiera ver a Tom al otro lado. Maldijo por lo alto y entrando en su agenda de contactos marco un número.

— ¿Quieres que me entretenga? Pues tú lo has querido—murmuró mientras esperaba que le cogieran la llamada.

I would die for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora