Capítulo 19

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Despertó al día siguiente y se quedó remoloneando unos minutos más en la cama. Estaba en su apartamento... ¡y cuanto echaba a Bill de menos!

Despertarse en su casa, bajar a la piscina a nadar un rato hasta que Bill se levantaba y bajaba a desayunar. Por lo que le habían contado, siempre desayunaba en la cama, pero desde que él llegara lo hacía en la cocina.

"Idiota"—se riñó a si mismo resoplando—"Eso ya quería decir algo...si, que me quería bajo sus sábanas"

Pero...cuando se despidieron, dijo que jamás dejaría de amarlo. ¿Era verdad, o solo una treta para que volviera a acostarse con él? No podía saberlo con seguridad, Bill cambiaba de opinión cada dos por tres y él tenía miedo de abrirle su corazón, que viera sus sentimientos y que le dejara cuando se hubiera casado de jugar con él. Jamás podría saber si los sentimientos de Bill hacía él eran verdaderos...

Maldijo por lo alto y se levantó de la cama, no conseguía nada comiéndose la cabeza. No podía estar seguro de que Bill sentía realmente algo por él, o solo había sido un pasatiempo más. Como Georg... claro que si Bill conociera la verdad, no estaría llorando por él en esos momentos.

Habían pasado dos días y el entierro era esa misma mañana. Se lo estuvo pensando mucho, pero al final decidió ir. Se tenía que dar prisa, los oficios empezaban en 2 horas. Bill había sido muy generoso al hacerse cargo de todo, y en las noticias se hablaba de ello. No mencionaban a Georg como el impulsor de los accidentes que había tenido Bill. Solo había traspasado que un fan loco había intentado acabar con la vida del cantante, llevándose por medio a su asistente personal y amante. Nada más, nadie sabía que no era un fan ni que fue Georg quien lo encargó todo, y nadie los sacó de su error.

Todos estaban con Bill, como Tom pudo comprobar al llegar a la iglesia donde se celebraba el funeral. Había caras famosas, compañeros de profesión de Bill y sus productores. David se hallaba entre ellos, al lado de un Bill roto por el dolor.

Sentado en la primera fila, refugiado tras unas gafas oscuras permanecía con la mirada perdida sin importarle que las lágrimas bañaran sus mejillas. A su derecha estaba un serio David, y a su izquierda Gustav.

Tom ocupó uno de los últimos bancos. Había llegado unos minutos tarde y no quería llamar la atención. Muchos le reconocerían como el otro asistente personal de Bill, el que resultó ser un policía trabajando encubierto.

Ocupó su asiento y prestó atención a lo que el rodeaba. Tenía una sensación que no lograba sacarse de la cabeza, como si Bill aún estuviera en peligro...

Terminado el funeral, todos pasaron a dar el pésame al cantante. Tom fue el último, aprovechó que en la iglesia no quedaba nadie más que Bill, Gustav y David y se les acercó con gesto serio. Intercambió una mirada con los dos últimos, que asintieron y se alejaron dos pasos del cantante, dándoles la intimidad necesaria para hablar.

Cogió aire y se puso a su lado. Ante ellos estaba el ataúd de Georg cerrado, Bill tenía una mano sobre el y sollozaba por lo bajo sin poder evitarlo.

—Bill—llamó en voz baja.

Esperó hasta que giró la cara y le miró, con los labios temblorosos, las mejillas bañadas por las lágrimas y el pelo lacio cayéndole por la espalda.

— ¿Qué tal estás?—preguntó, como si no fuera obvio.

—Sobreviviré—logró susurrar Bill.

Volvió la vista al ataúd, le hacía mucho daño ver a Tom a su lado cuando sabía que los separaba un abismo. En esos momentos, se odiaba a sí mismo. Parte de sus lágrimas eran por Tom, porque sentía que jamás volvería a sentir eso que sintió con él. Amor. Los demás no se le comparaban, ni siquiera Georg, Tom había dejado su huella en él y nadie iba a lograr superarlo. Lloraba porque sabía que ese día le iba a volver a ver y no podía soportar más dolor...

I would die for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora