Capítulo 1

636 48 9
                                    


—Siéntate, por favor. El capitán Ford vendrá enseguida.

Tom Kaulitz sonrió a la joven secretaria que le señalaba una sala de interrogatorios y entró en ella suspirando. Se hallaba inmerso en un caso muy delicado y de repente recibió la llamada de su superior que le hizo abandonarlo y regresar a Alemania de inmediato.

Se sentó en una de las incómodas sillas de plástico que había alrededor de la mesa y se recostó en ella resoplando mientras esperaba. Alzó la mirada y la fijó en el gran espejo que tenía enfrente, sonriendo a su reflejo. Gracias a que era una mente superdotada, que terminó la carrera de criminología con solo 17 años, le permitían vestir y peinar como quería.

A sus 24 años recién cumplidos, había dejado años atrás sus rubias rastas que llevara desde los 12 años, cambiándolas por unas trenzas morenas que le daban un aspecto más serio.

—Buenos días, agente Kaulitz.

La fuerte voz del capitán Ford hizo que Tom maldijera por lo bajo y se sentara mejor. Era la primera vez que le pillaban con la guardia baja y no se debería volver a repetir.

—Capitán, ¿he hecho algo mal para que me retirara de ese caso? Llevo meses trabajando en el...

—Te pido disculpas, Tom, pero este caso es más importante. Eres el único agente que puede....mejor lee el informe y lo comprenderás.

Tom cogió la carpeta que le pasaba y la abrió con curiosidad. Miró por encima la foto que había prendida con una grapa y a continuación leyó el informe que le acompañaba.

"Bill Trümper, 19 años..."

"¿Bill Trümper?"—pensó arrugando la frente.

Echó otro vistazo más detenidamente a la foto. Así que lo que él pensaba que era una hermosa chica, era en realidad un chico que llevaba el pelo largo y liso. También iba maquillado, una sombra negra enmarcaba sus tristes ojos y llevaba los labios sonrosados, sin una sonrisa en ellos.

"Deben ser muy dulces"—pensó sin poderlo evitar.

Carraspeó y siguió leyendo.

"Bill Trümper, 19 años. Nacido el 1 de septiembre de 1989 en Berlín, Alemania. Padre desconocido. Madre muerta por sobredosis. Padrastro Gordon Trümper, abogado"

—No lo entiendo—dijo Tom dejando de leer.

—Sigue más abajo—le pidió con calma el capitán Ford.

Tom le obedeció y se saltó algunas líneas que hablaban de la infancia de ese tal Bill, hasta ver la parte que le indicaba su capitán. Por lo visto, había abandonado el colegio a los 16 años persiguiendo un sueño...

—¿Cantante?—preguntó Tom arqueando una ceja.

—Y muy bueno. Me extraña que no hayas oído hablar de él, se está haciendo muy famoso. Y aquí radica el problema. Hace dos días recibí una llamada de su productor, David Jost. Al parecer alguien ha conseguido colarse en la casa de Bill y bueno, entre otras cosas se....masturbó en su cama...

Tom arrugó la frente pensativo. Miró de nuevo la foto. Si, era muy atractivo entre el público femenino, y al parecer también entre el masculino, lo que no era para nada extraño viendo sus pintas.

—El señor Jost me confesó que no le había dicho nada a Bill para no asustarle, pero lleva recibiendo anónimos desde hará un par de meses. Los tiene guardados en su caja fuerte y te los enseñará cuando vayas a verle.

—¿Por qué yo?—preguntó Tom, como si no supiera la respuesta.

—Eres el único agente joven que tengo en mi unidad lo suficientemente preparado para este caso, quitando el hecho de que puedes pasar más desapercibido cuando...te encargues de velar por la seguridad el señor Trümper...

—No quiero hacer de niñera—estalló Tom—Mírele, se da un aire se superioridad y estoy seguro al cien por cien de que es una de esas estrellas con sus manías y caprichos...

—¿Te has fijado en sus ojos?—le cortó el capitán Ford—Está muerto de miedo, en el fondo solo es un niño.

—Ya es mayorcito, que aprenda a defenderse y no se deje pisotear—dijo Tom muy serio.

—Proviene de un a familia rota, no ha tenido la oportunidad de estudiar como tú, de gozar del amor de su familia...Tom, eres el único que le puedes ayudar.

—¿Y qué tengo que hacer?—preguntó Tom cediendo un poco—No esperará que entre a formar parte de su grupo tocando la guitarra o algo parecido, ni que me haga pasar por un fan...o su novio...

—Solo quiero que no le pierdas de vista, como su guardaespaldas personal—explicó el capitán Ford, pasando por alto lo que había dicho de "su novio"...

Tom resopló recostándose en la silla de nuevo. Ya se veía discutiendo a cada hora con el tal Bill, le podía escuchar llorar porque le negaba todos sus caprichos, porque no le dejaba respirar en libertad...

—El señor Jost te espera en su despacho—dijo el capitán Ford levantándose—Coge los anónimos y estúdialos en profundidad, trata de descubrir a que clase de psicópata nos enfrentamos.

Tom se levantó también y se quedó con la carpeta en la que además del informe sobre la vida de su protegido, estaban las fotos y las notas cogidas sobre el ataque que se produjo a su casa.

Estrechó la mano de su capitán y salió de la comisaría. Bajó al parking y se metió en su deportivo rojo, lo arranco y salió derrapando en dirección a la discográfica de David Jost. No le gustaba que le quitaran un caso cuando estaba a punto de resolverlo, y más para hacerse cargo de un niño que se pensaba que era el centro del universo.

Un loco iba tras él, y se asustaba sin remedio. Si le pasara a él, pelearía con uñas y dientes. Nadie le obligaría a hacer nada que él no quisiera.

I would die for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora