Capítulo 25

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Dieron el beso por finalizado cuando sintieron que les faltaba el aire. Se separaron y se quedaron mirando con el aliento entrecortado, jadeando sin apartar los ojos de su contrario.

—Perdón—se disculpó Tom entre jadeos—Vi que lo necesitabas y no me pude resistir.

—Te necesito...te necesito a ti—susurró Bill—No sé que me has dado Tom, nunca antes he estado enamorado y cada vez que te veo me derrito por dentro, y cuando estamos separados siento que muero.

A Tom no le quedó otra que darle la razón, él sentía lo mismo por Bill. El poco tiempo que habían estado separados fue un infierno, se despertaba solo en su cama y se maldecía por ser tan idiota y haberle dejado escapar. Bill era muy especial, y le había dejado la puerta abierta para una segunda oportunidad.

—Primero cogeremos al loco que va tras de ti—dijo Tom con firmeza—Luego...ya veremos.

Bill asintió, no era un sí claro pero desde luego que no era un rotundo no. Y con eso se tenia que conformar. Se acomodó mejor en el sofá sin soltar la mano de Tom, entrelazando los dedos con los suyos suspirando.

— ¿Dónde está David?—preguntó de repente Tom.—Por ahí perdido, comprobando que todo está correcto—contestó Bill encogiéndose de hombros.

—Gustav me contó lo del nuevo contrato y que ibas a prescindir de él—explicó Tom.

Sintió como se ponía tenso a su lado y maldecía por lo bajo. Alzó una ceja y esperó a que le explicara el porque de su estado.

—Gustav es un poco bocazas a veces—murmuró Bill resoplando.

—Se preocupa mucho por ti—dijo Tom con firmeza—Me explicó que David no te cuidaba tan bien como debiera, que le daba igual tu estado físico. Para él solo eres una gallina de huevo de oros a la que no dudará en explotar.

—Pues se le acabó el chollo—saltó Bill sin poderse controlar—Ya he hablado con uno de los altos cargos de la discográfica y me han proporcionado el nombre de dos productores más, las dos mujeres como exigí...

Ahí fue el momento de Tom de ponerse tenso, ¿por qué exigía que su nuevo productor fuera una chica?

— ¿Por qué una mujer?—preguntó en voz alta.

—No sé...por cambiar—contestó Bill tratando de aparentar normalidad.

Pero no logró engañar a Tom, en su voz había un deje de miedo y eso fue lo que delató.

— ¿Cuándo aprenderás a confiar en mi?—preguntó Tom sintiéndose dolido.

—Claro que confío en ti—susurró Bill.

—No, no lo haces—dijo Tom con firmeza—Si sabes de alguien que puede tener algo contra ti, lo que tienes que hacer es decírmelo y no callarte por miedo. Así no puedo hacer bien mi trabajo Bill, no puedo protegerte si no me cuentas lo que sientes.

Bill se le quedó mirando con los labios separados. Vale, había algunas cosas que no le había contado pero hablando de sentimientos, pensaba que había sido muy claro. Le había dicho que le seguiría amando cuando se despidieron aquella lejana vez y Tom pasó de sus sentimientos con la tonta excusa de que sus trabajos no eran compatibles.

Como si le hubiera leído el pensamiento, Tom resopló y le miró fijamente negando con la cabeza.

—Dejemos el amor a un lado—pidió con firmeza—Ponte serio y dime por favor que ha pasado entre David y tú.

—Nada—contestó Bill con firmeza.

Pero Tom no se creía su respuesta, iba a insistir cuando la cortina se abrió y entró Gustav carraspeando.

—Perdón por interrumpir, pero David te anda buscando—explicó Gustav.

Se levantó antes de que Tom pudiera decir nada y pasando al lado de Gustav, cogió un par de canapés y salió de la zona acortinada.

— ¿He interrumpido algo?—preguntó Gustav algo cortado.

—Nada, tranquilo—contestó Tom poniéndose en pie—Quisiera hablar con David antes de la gala si es posible.

—Claro, quedan 15 minutos para que empieza—dijo Gustav echándose a un lado.

Tom asintió y fue tras los pasos de Bill. Le vio hablando con David en un rincón apartado y se quedó estudiando sus comportamientos. Bill estaba de brazos cruzados y David le hablaba con gesto serio, al tiempo que le enseñaba un portafolio que llevaba en los brazos. Vio como Bill asentía resoplando y daba la conversación por finalizada, buscando a Natalie con la mirada.

No hizo falta que dijera nada, Natalie acudió a su lado y regresaron a la zona acortinada, donde le retocaría el maquillaje. Aprovechó esa oportunidad que se le presentaba y corrió hacia donde estaba David, a punto de coger el móvil para hacer una llamada.

—David, ¿tienes un momento?—preguntó sin aliento.

Le vio arrugar la frente y tras consultar la hora en su móvil accedió a regañadientes.

—Tienes 5 minutos, ando algo liado—explicó David—Bill tiene todas las papeletas de llevarse el premio y ya quieren concertar 3 entrevistas con él. Tengo que poner algo de orden, no quiero que se sienta agobiado.

—Seré rápido—prometió Tom.

David asintió y esperó a que se dispusiera a hablar, pero Tom no sabía como empezar. Lo mejor era no andarse con rodeos e ir directo al grano, por muy brusco que quedase.

—Me he enterado que te han despedido—empezó a decir.

—Me han relegado, no despedido—aclaró David muy serio—Sigo trabajando en la discográfica, pero a partir de la semana que viene no me encargaré de Bill. Tengo más cantantes y grupos a mi cargo, tampoco es que me haya quedado en paro.

— ¿Por qué ese repentino cambio de productor?—preguntó Tom—Bill no me lo ha querido explicar, y tampoco me he querido meter mucho pero si tiene algo que ver con el caso, no me queda más remedio que ser...indiscreto.

— ¿Estás insinuando que yo mandé esos anónimos?—saltó David sintiéndose muy ofendido.


—No, yo solo quiero saber...—empezó a decir Tom.

—Si, lo has hecho—cortó David tratando de no gritar—Crees que entre Bill y yo ha habido algo y que por eso me ha despedido...no, me corrijo. Crees que he tratado de forzar a Bill a hacer algo que él no quería, cuando resulta que ha sido al revés.

— ¿Cómo?—gritó Tom sin poderse contener.

—Ya sabes como es Bill—explicó David resoplando—Una tarde que estábamos en mi despacho se me insinuó, trató de besarme y le rechacé. Y ya ves lo mal que se lo ha tomado, prescindiendo de mi de buenas a primera tras todo lo que he hecho por él. Yo le saqué del anonimato, me he matado para que esté donde se encuentra ahora, ¿y cómo me lo paga el maldito desagradecido? Pasando de mi solo porque no he querido follármelo.

Dejó de hablar porque sentía que se ahogaba, carraspeó y miró a Tom, que no podía apartar de él la mirada.

— ¿Sabes qué he llegado a pensar?—siguió con su monólogo—Que Bill se ha mandado los anónimos a si mismo. Para él todo es un juego, una vez me echó en cara el que le hubiera robado su infancia, que le matara a trabajar con solo 16 años cuando podía estar divirtiéndose como la gente de su edad. Él quería ser cantante y llegar muy alto, y gracias a mi lo ha conseguido. Si ahora se arrepiente, es un poco tarde para ello y no debería...

—Señor Jost, perdón.

David y Tom se volvieron, un chico del equipo técnico se les acercaba con un sobre blanco en la mano que entregó a David sin mediar palabra. David lo miró arrugando la frente, llevaba su nombre escrito con rotulador negro.

— ¿Qué será?—murmuró mientras lo abría.

Se quedó pálido al ver la hoja doblada en cuatro que había dentro, más cuando al sacarla pudo comprobar que estaba escrita con letras recortadas de varias revista y cuyo mensaje hacía que la respiración se le cortara.

"Bill...te mataré con mis propias manos..."

I would die for youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora