capitulo 1

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A veces es complicado ser adolescente, la mayoría de las veces se podría decir. A veces vivir en un pueblo alejado de la mano de dios convierte este hecho en algo mucho peor de llevar. Y si al vivir en medio de un pueblucho con las hormonas revolucionadas le añades alcohol en cantidades industriales el coctel molotov no se hace esperar.

Gerard Way había cumplido los 17, sin aspiraciones, sin motivación, sin ganas de nada. A los 10 había perdido a su padre en un accidente en la gran ciudad y desde entonces su madre había sido sobreportectora con él y su hermano hasta un punto realmente desagradable. Según Gerard, a veces parecía que vivía en la película de "El Bosque". Su hermano se llamaba Mikey, y era menor que él. Mikey era un chico tímido y poco sociable, pero bastante más que Gerard. El único "problemilla" es que desde muy joven había desarrollado ciertas tendencias suicidas que habían mantenido a Gerard en alerta constantemente.

La vida en casa no era fácil, pero fuera de ella era si cabe peor. El colegio era un calvario particular para Gerard. Realmente un colegio nunca ha sido el mejor sitio para un niño no muy delgado, con el pelo cortado a lo tazón y con cara de niña, pero, por así decirlo, Gerard se había acostumbrado. Su costumbre se llamaba alcohol, y casi ni recordaba cuando había sido la primera vez que había tomado una copa, pero el resultado había sido tan gratificante que ya casi no podía pasar un día sin beber. Al principio era fácil ocultarlo, pero el estado habitual de Gerard comenzaba a delatarlo frente a su familia, y eso era lo que menos quería, así que comenzó a quedarse solo en su habitación, saliendo lo menos posible, convirtiéndose por pleno derecho en un antisocial.

- Gee, eres un antisocial.- dijo Mikey, asomando la cabeza por la puerta.

- Déjame en paz, Mikey...- contesto con voz pesada por enésima vez, hundiendo la cabeza en el cómic que estaba leyendo.

- Estás bebiendo otra vez, ¿verdad? Sabes que a mamá no le gusta...

- Si mamá no lo sabe no pasa nada... así que cállate y déjame en paz.- lo miró con los ojos enrojecidos.

- Es que necesito que me dejes unos discos...- pidió como quien no quiere la cosa.

- ¿Para qué?- se incorporó, sentándose en la cama.- Si se supone que a ti no te gusta...

- Bueno, si, no está tan mal... es que va a venir un amigo a casa y... bueno, toca la guitarra y hemos estado hablando de música... y parece que le gusta la misma que a ti, así que...

- Mikey, ¿de verás me vas a plagiar para hacer amigos? Creo que no estás muy bien de la cabeza...- rió sarcástico.

- Venga ya, Gerard, déjamelos...

- No.- dijo sin más y volvió al cómic.

- ¿Tanto trabajo te cuesta?- preguntó exaltado.

- Evidentemente.- contestó el mayor sin ni siquiera alzar la vista.

- Pues eres un capullo, tío. Que sepas que te iba a presentar al chaval para que por lo menos tuvieras a alguien más con quien charlar a parte del tío raro ese... pero paso de ti.- se fue cerrando de un portazo.

- Se llama Ray... y no es un tío raro...- la verdad es que Gerard si lo consideraba un tío un poco raro, con el pelo híper rizado, corto, y con unas gafas redondas parecidas a las de Mikey. Eso si, tocaba la guitarra como nadie. En esas Mikey volvió a entrar.

- Y una cosa más, Gerard.- lo avisó.- Ni se te ocurra meter las narices, puede que este tío valla a ser mi colega y no quiero que lo ahuyentes.
Tiene una banda y puede que entre, ¿sabes?

- ¿Tú? ¿Y que demonios harías tú en una banda? ¿Sabes hacer algo acaso?- se burló.

- No, pero... puedo aprender...

Uno (frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora