capitulo 13

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La cabeza le daba vueltas, todo parecía un extraño sueño. Se incorporó de mala manera, caminando hasta el arcén, con las manos goteando sangre. Subió sin dificultad y se arrodillo frente al chico que aún seguía en estado de shock por lo que acababa de ver. Se limpió las manos en la blusa antes de acariciarle la cara, limpiando los restos de lagrimas y suciedad, apartándole el pelo.

- Ese hijo de puta ya no volverá a tocarte, Gee.- dijo mientras acariciaba su cara. -Ningún cabrón te va a poner las manos encima, no...- negó con la cabeza, más para si mismo que para Gerard.

- Frankie...- dijo y se abrazó a él, notando el sudor mojando sus ropas, suspirando aliviado al notar los brazos calientes rodear su cuerpo helado.

- Así... así es como debe ser...- susurró el menor, apartándose unos centímetros para mirarlo a los ojos.- Nadie va a volver a ponerte un dedo encima... a partir de ahora... solo yo puedo.- acarició su cara con sus manos, delineando pómulos, labios, nariz, dejando pequeños rastros de sangre ajena.

El mayor lo miró con ojos incrédulos, intentando descifrar el significado tras sus palabras. Solo lo miraba, escudriñando sus ojos, sus gestos. Sintió elevarse cuando Frank lo tomó bajo los brazos, cargándolo para llevarlo al coche.

- Todos están muy preocupados... tengo que llevarte con ellos.- dijo, dirigiéndose a la salida.

- No, Frank... por favor.- Gerard escondió su cabeza en el hueco de su cuello, apretándolo contra sí.- No quiero ir... no así.

- Está bien.- acarició su pelo.- Vamos a mi casa.

Frank mandó un sms colectivo diciendo que había encontrado a Gerard y que estaba con él. Apagó el móvil al instante para que no llamaran, en esos momentos no sabía que excusa poner para lo que había pasado. Llevó a Gerard hasta su coche, abriéndole la puerta del copiloto. Gerard se sentó de rodillas, cuidando no hacer ningún movimiento brusco, le dolía todo su ser. Frank cerró la puerta, yendo al maletero, cogiendo algunas cosas.

- Gerard, escúchame.- dijo, hablando despacio.- Necesito que me digas... si hay algún rastro tuyo allí abajo. Sangre o... cualquier cosa.- Gerard asintió con la cabeza, suspirando un par de veces antes de contestar.

- En el túnel... hay una especie de... colchón donde...- Frank lo detuvo con un gesto, no necesitaba nada mas.

- Entiendo. ¿Algo más?- preguntó, y el mayor negó con la cabeza.- Bien, pues ahora... voy a irme solo un momento, quiero que te quedes aquí y no te muevas, ¿de acuerdo?.- Gerard asintió.

Frank volvió a bajar las escaleras metálicas, recorriendo el arcén hasta llegar a la rampa que daba al túnel subterráneo. Echó otro vistazo al cuerpo sin vida que yacía en las vías, sintiéndose en paz consigo mismo. Entró en el túnel, sin poder ver gran cosa. Encendió el móvil unos segundos, solo para poder ver donde estaba. El ambiente era asqueroso, dudaba que ya nadie usara esos túneles para cambiar de arcén. Basura, botellas de cerveza, jeringuillas... era desolador, pero entonces pudo ver el colchón sucio y destartalado, con una gran mancha de sangre en uno de sus extremos. En esos momentos lamentó no haber podido torturar un poco más a McCraken antes de matarlo. Sacó un cigarro y lo encendió, tirándolo en seguida sobre aquel amasijo de muelles, esperando para ver como todas las sustancias que alguna vez le habían caído encima contribuían como acelerante para el fuego. Salió de allí cuando las llamas empezaron a elevarse.

Gerard podía ver el humo negro elevándose lentamente cuando Frank entró en el coche.

- ¿Qué has hecho?- preguntó.

- Lo he quemado... no quiero que haya nada que te inculpe ahí si algo llega a pasar.- contestó el menor, arrancando.

- Y... ¿el cadáver?- preguntó con algo de esfuerzo.

Uno (frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora