Uno (frerard)

capitulo 20

- A ver, a ver, tranquilízate... ¿estás seguro de que ha dicho eso?- Gerard intentaba controlar a un Iero cada vez más impaciente.

- No estoy sordo, Gee, dijo "embarazada"... no, si al final seré gilipollas y todo...- decía mientras se movía de un lado para otro como un león enjaulado.

- Nadie dice que seas gilipollas, ¿vale? Pero... bueno, y si es así, puede abortar, ¿no?

- ¡Claro, genio, muy buena idea! ¿Crees que no lo he pensado? ¿De donde va a sacar la pasta? Porque no creo que pueda ir a casa y decir: "Hey, mamá, un psicópata raquítico me ha preñado, ¿me das unos miles para deshacerme de lo que sea que está creciendo aquí?"- se señaló el estómago, muy sobreactuado.- Seguro, Gee... y luego enterramos a mi madre de un infarto...

- Bueno... ¿estás seguro de que ha sido Mikey? Porque puede que...- se calló al sentir la mirada de Frank.

- Dijo Mikey Way, y no conozco ningún otro Mikey Way, ¿conoces tú otro Mikey Way? Porque dudo que haya...

- Vale, vale, lo he captado...- frunció el ceño.- Es que me parece raro, porque Mikey nunca ha sido de...

Iba a continuar la frase pero en ese momento el timbre los dejó a ambos en silencio. Se miraron un segundo y echaron ambos a correr hacia la puerta. Frank estaba más cerca, pero Gerard se había tirado muchos años de instituto corriendo, así que llegó antes. Cuando abrió, Natalie y Mikey aparecieron con media sonrisa.

- Hola.- saludo ella, y nadie pudo decir nada más.

- ¡Yo te mato, Mikey Way!- gritó Frank, abalanzándose contra él, pero Natalie se interpuso.

- ¡Espera!- abrió los brazos, protegiendo al mayor que aún no había pronunciado palabra.- Deja que te lo explique al menos, ¿no?
Gerard agarró al Frank del brazo, instándolo a ir hasta el salón y sentarse en el sofá. Una vez todos allí la situación era incluso cómica, Frank y Gerard en un sofá, Natalie y Mikey en otro; Frank parecía levitar de los nervios y Mikey empezaba a ponerse pálido.

- Me parece muy fuerte que hayáis sido tan imbéciles. De este me lo esperaba, pero ¿de ti?- habló Frank, cruzado de brazos- ¿Se puede saber que le piensas decir a mamá?

- Es coña.- dijo la chica sin inmutarse.

- Ah, claro, seguro que así lo arreglas, diciéndole que es mentira... luego a ver como disimulas...

- No, Frank, que es coña.- volvió a decir, y esta vez se echó a reír.- Es mentira, no estoy embarazada.

- ¿Qué?- no lo podía creer.

- Era una broma, solo estamos juntos, no voy a ser madre.- sonrió.

- ¿Cómo? Yo alucino... ¿pero estáis locos? ¡¿Para que me das estos sustos, gilipollas?!

- ¡Fue ella!- habló por fin Mikey, que llevaba callado desde que entró.- ¡Yo no quería!

- Pero ha funcionado.- sonrió Natalie.- Te has alegrado tanto de que no fuese verdad que ni siquiera le has dado importancia a que estemos juntos.

- Eso es otra...- señaló a Mikey.- Aunque no la hayas preñado, nunca te perdonaré que te hayas tirado a mi hermana...

- ¡Frank!- se ruborizó Natalie.

- ¡Que no he hecho nada!- se defendió Mikey.- Yo todavía... bueno, nosotros no... vamos, que no...

- Ah, cállate, no quiero oírlo.- hizo un gesto con la mano, alegrándose en el fondo de saber que aún no había pasado nada, aunque fuera a pasar.

- Bueno, ¿te quedas a cenar?- preguntó Gerard, levantándose del sofá. A él no le había llamado la atención, estaba seguro de que su hermano no era de esos.