Latidos

33. "Escúpelo"

Hoy no es mi día, es mi último día.
Todo se fue a la mierda. Nadie podría aguantar todo este caos que está en mi cabeza cada día. Tengo tiempo para pedir ayuda, pero no la quiero.
Odio el dolor, pero vivo continuamente con él y cada vez me acostumbro más y más.
Sola. Quizás me quede con una persona pero esa persona no volverá a saber de mí. El sueño se estropeó, se deterioró. El sueño ya dejó de existir. Siento que ya llega mi último adiós.

Soy una cobarde.

Camino por el bosque. Camino descalza. Sin miedo a nada ni nadie.
Sin rumbo. No sé qué será de la vida de los demás sin mí pero no tengo mucho tiempo para saber de ellos de nuevo. Estoy rota. Soy una indeseada en este mundo.

Escribí en un papel:
Hola, Liam, soy tu hermana Marta.
No llores por mí, no merece la pena sufrir por alguien tan cobarde como yo. Deseaba este día, pero nunca fui capaz de hacerlo por miedo a ciertas cosas como que tú sufrieras o otras personas lo hicieran pero hoy he dejado de pensar en los demás y hago un llamamiento a tú persona para que hagas los mismo. Deja de ser tonto y escapa de todo y todos. Haz tú vida y no la que los demás quieran.
ESCÁPATE. Libera todo tu fervor que llevas guardando durante tanto tiempo. No te quedes colapsado en un recuerdo o en cualquier cosa.
Atrae hacia ti todo lo que puedas, por favor, y no seas una gilipollas como tu hermana Marta, ¿si?
No sabes lo que pueden ser tus pensamientos así que trata de manejarlos porque es algo delicado. Cuídate mucho de este mundo cruel y sin sentimientos.
Por favor, hazme caso, hermano.
Te amo con locura. Hasta siempre.

Quizá nunca lo lea, pero quiero que nunca olvide lo importante que es ser uno mismo. Sólo quiero una bonita despedida. Amarga pero dulce.
Llega el momento en que tengo que irme o quizás llegar al final de esta preciosa montaña verdosa y rocosa repleta de naturaleza y vida animal, pero tendría que llegar una infeliz para estropear la armonía de este lugar, ¿no?
Soy un desastre de la naturaleza.
Quito mis pendras y las tiro lo más fuerte hasta que oigo el sonido que llega hasta el final de la montaña. Prosigo y lo hago. Salto y siento como mi respiración se corta y mis latidos van tan deprisa. La adrenalina. Rápido. Corto.
Esta historia terminó. Ojalá fuera todo un sueño...