Latidos

29. Otra mentira más

—Marta no seas necia y ponte ahí.

—Ven tonto.

—¿Que quieres?

—¿Sientes esto?—pone mi mano sobre su lado izquierdo; su corazón.

—Solo siento tus latidos a mil por hora amor.

—Exacto. ¿Te fijas como me haces sentir?

—Deja de ser tan adorable si no quieres que vuelva a...

—¡ZAYN!—grita y su grito se escucha en toda la casa, después se hecha a reír y yo hago lo mismo ya que su risa es contagiosa.

Pasa una hora y media y dejo el lápiz a un lado. Elevó la mirada y ahí esta ella con el pelo desarreglado y sin nada. Ella me sonríe sin enseñar los dientes.

—¿Nunca has probado a hacer un cuadro?

—De echo hice uno de ti si recuerdas.

—Oh, claro, como olvidarlo pero no digo de una persona digo de paisajes o de... Cosas diferentes. ¿Entiendes?—se acerca donde estoy y pasa sus manos por mi espalda lo cual me relaja un poco con sentir sus manos.

—Te entiendo a la perfección solo que esto del dibujo es como un hobbie. Nada serio.

—Eres muy bueno en ello así que tienes que aprovechar esa cualidad que tienes, Zayn.

Suena mi móvil.

—Ahora seguimos hablando nena. Tengo que contestar.

—Si, claro ahora seguimos hablando. —su voz suena enfadada.

—Mierda—digo en voz baja ya que es la secretaria de mi jefe.

—Zayn cariño mio ¿por que no cogiste el móvil ayer? Te llame varias veces y yo no estoy para juegos contigo.

—Ugh, mejor preocura no llamarme.

—¿Que?—no me ha escuchado.

—No, nada. No te cogí el móvil porque estaba muy cansado y me quede dormido.—miento ya que no me queda de otra. Miro con disimulo a los lados para ver si Marta esta pero de suerte no.

—Te estuve esperando Zayn y tu pasaste de mi.

—Lo se, lo se—digo en voz baja.— pero lo que paso fue que me quede dormido.

—¿Hoy podes quedar otras vez?—cambia de tema.

—¿A que hora?

—A las diez en...

—Te paso a recoger.

—¡Estupendo! De verdad que tengo unas ganas de...—corto la llamada ya que no quiero seguir hablando y menos si Marta esta cerca.

Marta.

¿Acaso cree que no tengo orejas y ojos para escuchar y ver? Cree que soy una idiota que no sabe nada de nada y ya estoy harta. Me ha mentido en mi cara.

—¡Zayn!—grito.—¡ZAYN!

—¿Que pasa?—me mira asustado.

—No, nada tan sólo que teníamos que seguir hablando ¿no?

—Claro.

—¿Quien te ha llamado?—lo miro atenta.

—Me ha llamado Ben, un amigo mio de Londres ya que no sabía donde estaba y tal.

—¿Me crees tonta?

—¿Que?

—Que si crees que soy una marioneta que puedes utilizar como a ti te de la gana.