5. "¡Zayn!"

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Al día siguiente me levanto pronto a causa de aquel dolor de cabeza que no me dejaba dormir más. Bajo a la cocina pero no hay nadie; los chicos se han ido.
Al parecer no tienen resaca o eso creo ya que se han ido. Decido llamar a mi hermano para preguntarle dónde se han ido.

- ¿Si?

- Buenos días, Liam.

- Ah, hola. Buenos días, guapa. ¿Cómo amaneces?

- Muy bien aunque con dolor de cabeza.

- Pues... tómate una pastilla. Así de fácil.

- Oh, no se me habia ocurrido.

- Si es que se nota quien de los dos es el más listo. - suelta una risilla. Tonto.

- Ya, ya lo que tú digas. Haber a lo que iba, ¿dónde os habéis ido?

- A un sitio.

- ¿Y se puede saber qué sitio?

- Uno.

- Joder, Liam, di.

- Ahora voy para allá con los chicos, ¿vale? Hablamos luego. - cuelga.

- Puf, no me ha dejado ni despedirme. Hoy no me apetece quedarme en casa de Niall y encima sola pues... no creo.

Así que decido salir por mi propia cuenta. Me vesto lo más cómodamente posible y salgo de casa. No conozco muy bien Londres pero tengo demasiadas ganas de ir a un sitio en especial... ¡Starbucks!

- ¡Bingo! -Digo mientras veo un Starbucks en una esquina.

Entro y hay mucha gente. Lo típico. Me pongo en la cola para esperar mi turno.

- Hola, ¿qué desea?

- Emh... pues un... - miro la carta detrás del chico. -¿¡Zayn!?

- Hotias, eres tú, ¡la de ayer!. - dice sobresaltado.

- ¡Sí, la misma! ¿Pero y tú qué haces aqui?

-Trabajar, ¿quizás?

- Claro, como no. - sonrío. Menuda tonta soy. - Pues... quiero un Frappuccino, por favor.

- Vale, ¿cómo te llamas? es para poner tú nombre en el vaso.

- Me llamo Marta, Zayn, ¿no te acuerdas?.

- Pues... la verdad es que no. - dice avergonzado.

- No pasa nada Zayn. Suele pasar pero por lo que veo tienes memoria de pez.

Me fijo que las personas que están en la cola tienen cara de mucha prisa pero a mi me da igual y sigo hablando con Zayn.

- Un poco. - dice con una sonrisa de lado.

Para una vez que conozco a alguien que me cae bien se le olvida el nombre.

- Tan poco es para tanto, solo es un nombre. - miento.

Me fastidia mucho de que se hubiera olvidado de mi nombre pero, ¿qué se le va ha hacer?

- Bueno, guapa, después hablamos. Te llamaran para darte tu Frappuccino.

- Vale, gracias. - me retiro y espero a que me llamen. Escucho mi nombre y cojo mi Frappuccino y me siento en un sitio libre. Me tomo el café con mucho gusto.

- Te ha gustado por lo que veo, ¿no?

Me giro y veo a Zayn con su uniforme.
Se ve muy gracioso y a la vez responsable. Lo comparo a como estaba vestido ayer, cuando lo vi en la discoteca con esa pinta de “chico malo”, por así decir.

- Me ha encantado. - le sonrío.

- Pues invito yo.

- No, no. De verdad que no hace falta.

- Anda, déjate de tonterías que invito yo. -insiste.

- Bueno, vale. - me doy por vencida. - Zayn, una cosa. - me levanto del sitio.

- Dime, Marta.

- Sobre lo de ayer...

- Nada, nada completamente olvidado.

- Pero es que...

- Tranquila, lo pasado se queda pisado, guapa. Además, yo sé que tú no te querías apartar de mí y dejar de bailar.

Completamente me había pillado.

- ¿Te parece si quedamos?

Eso no me lo esperaba pero me agrada la idea.

- Claro que sí.

- ¿Mañana a las 17:00 en el parque de atracciones?

- ¡Estupendo, Zayn! Es una idea muy buena.

- Pues listo. Mañana, entonces.

- Sí. - momento de silencio. - Bueno, me tengo que ir.

- Vale, hasta mañana. - se acerca y no abrazamos.

- Hasta mañana. - digo apartándome. Los dos sonreímos.

Me dirijo a la puerta del local. Salgo y sigo el camino por el cual había venido.
Llego a casa de Niall y toco el timbre. Me abre la puerta Louis. El que faltaba.

- Hola. - dice Louis entre dientes.

- Hola, mudito. - digo riendo.

- No me hace ninguna gracia. - entro y cierro la puerta.

Me dirijo a mi habitación pero antes necesito hablar con Liam. Toco la puerta de su habitación. Entro. Está con Niall.

- Hola hermana.

- Hola. - digo desganada.

- Hey, ¿y la hermosa sonrisa dónde se te ha ido? - dice Niall

- Se ha ido, así de simple. - seguida esa respuesta Niall sale de la habitación. Tarde para una disculpa.

- Ven, hermana. Tengo que hablar contigo.


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