31. La persona menos esperada.

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Dos días enteros conduciendo directo a la... Nada. Nunca había estado tan perdido, tan enfermo de todo, tan dolorido. Gotas de lluvia empiezan a caer en el capo de mi coche, no me importa y no me inmuto ni siquiera de encender el parabrisas.

Hay un semáforo en rojo y paro sino quiero que me maten aunque, ¿a quien le importaría?, ¿quien lloraría por mi?, ¿quien?. Exacto; nadie.

Ya en verde el semáforo, sigo mi camino.

Unas dos horas después llegó a un camino repleto de barro -culpa de la lluvia- y árboles enormes que supongo que tendrán demasiado tiempo ahí. Salgo del coche y ya, de primeras se me ensucian las botas de barro. Camino pero siento las piernas débiles y pierdo el equilibrio y me caigo.

—¡Joder!—exclamo como si nadie me pudiera escuchar.

—¡Chico! ¿estas bien?—miro a mi alrededor y no veo a nadie, ¿me estaré volviendo loco?, lo que me faltaba.

Me levantó y camino como siempre... Hacia la nada.

—¡Hey!—escucho de nuevo.

—Callate.—digo para mismo.

Siento una mano en mi hombro y me giro bruscamente.

—Pero que...

—Hola.—me saluda amablemente un chico de pelo largo y rubio con una sonrisa torcida en su rostro.

—Hola.—digo secamente y vuelvo a girarme yendo a una cuesta abajo que va a un río.

—¡Espera!—grita.

—¿Que quieres? Joder es que ni en un puto bosque que esta en la nada tengo tranquilidad.

—Se educado con las personas desconocidas, tío. Me llama Dave, encantado.

«Tiene razón en eso»

—Yo soy Zayn.—estrachamos manos.

—Que haces aquí, amigo.—se sienta al lado mío en la hierba cercana al río.—¿te has perdido o algo?

—No me he perdido... Buscó a alguien pero no se en que dirección ir precisamente. Estoy exhausto.—dejo el tema ahí y le pregunto a el: —y tu, ¿que haces aquí?

—Encontrándome a mi mismo... Supongo.

—¿Vives por aquí?

—Si y no.

—¿Que significa eso?

—Tengo una casa pero la mayor parte del tiempo estoy deambulando por el bosque y siempre me pierdo pero todas las veces que me pierdo, de alguna manera llego a mi casa.

—Vaya... ¿problemas con algo?

—Si, exacto. ¿Te parece si te cuento algo?

Asiento con la cabeza aunque... No tendría que estar escuchando palabras de un desconocido pero no voy a perder nada por escucharlo.

Empieza. —Desde pequeño era un chico muy imperativo y siempre estaba buscando alguna aventura que hacer; me divertía con todo y con todos. Mis padres estaban unidos y mi familia igual así que fue una etapa,supongo que, buena. A medida que fui creciendo me di cuenta de que el mundo era... cruel, malo y enfermizo. Mis padres se separaron, iba mal con mis notas, me escapaba de clase, tenía pocos amigos...—traga saliva y continúa.

Mi tío me enseño a tocar la guitarra y se lo agradezco mucho ya que, es un hobbie y profesión que tengo. Conocí a un chico alto y con pelos horrendos pero me cayó genial y desde hace unos años es amigo mío y después otro de peor aspecto pero ellos, son verdaderos amigos para mi así que, algo bueno tengo. A los 19 años mi madre me tiro de casa por ser un vago y me quede en la calle como un perro, sobreviví pero a las patadas, obviamente. Me tuve que acoplar en la casa de un amigo mío y ayudaba en lo que podía porque no quería ser un mantenido. A ese misma edad empecé a ser adicto a la marihuana y en fin... Lo peor que puede hacer y mirame, salí hace unas dos semanas de rehabilitación y estoy echo mierda.

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