EXTRAÑOS

11

¿Confías en mí?

—¿Tienes miedo, Naomi?— la fría voz de Apollo me hizo estremecerme.

Mi corazón latía a millón.

—¿Qué haces?— inquirí, confundida.

—Sólo responde, Naomi. ¿Tienes miedo?

Mi respiración se agitó. No quería moverme. Él me apuntaba con una maldita arma.

—¡Por supuesto que sí, imbécil!

—¿Sabes? Está cargada— un jadeo se escapó de mi boca —¿Sabes lo que pasará cuando apriete el gatillo?

Deberías tener cuidado con otro. Tal vez sea yo, pero tal vez sea alguien cercano a ti.

—Apollo. ¿Por qué haces esto?— mi voz sonaba débil.

—Tal vez es por mi naturaleza. Soy un asesino, Naomi. ¿Lo recuerdas?

Mi pecho subía y bajaba. Cada vez se hacía más difícil respirar.

—Dejame ir.

—De ninguna manera— sentía como me miraba, sin ninguna expresión.

—Apollo...

—Mira, estas temblando— señaló mis manos, temblorosas —también estás perdiendo el color, Naomi. Estás pálida.

—Yo...

—¿Así quieres ser parte de esto?— bajó el arma y me sentí más segura. La señaló —Este trasto no es nada. Podrían hacerte cosas mucho peores con otras armas— pausó, vacilando. Pero continuó —Por eso quiero esconderte y decir que has muerto.

Hice silencio. Analizando sus palabras.

—No quiero ser parte de esto. Tienes razón.

Él asintió.

Y yo continué— Pero no quiero vivir escondida. De ninguna manera haré eso.

—No seas imprudente. No estás preparada para esto.

—¿Crees que no lo sé?— sonreí sarcásticamente —Pero todo esto es por tu culpa.

—Naomi— cerró su mano libre, haciendo un puño —Fue...

—¿Fue para protegerme?— sacudí la cabeza— Apollo, tú acabaste con mi vida. Estoy aquí por ti.

—No mientas, Naomi. Ambos sabemos que tu vida ya era una...

No terminó la frase.

—Dilo.

—No lo haré— negó con la cabeza.

—Dilo, maldita sea. Di que mi vida ya era una basura. Que ya estaba arruinada. ¡Dilo!— caminé hacia el, quedando muy cerca.

Silencio.

Él no me miraba a los ojos.

—¿Qué?— sonreí triunfante —¿Tienes miedo ahora?