When we look at the stars [Actualizando Y Sin Editar]

Capitulo 12. Mi mala suerte

Ese era el.
Ojos marron claro, con grandes pestañas haciéndolo lucir mejor.
Cabello castaño largo con pequeñas ondas cayendo delicadamente a su frente, su piel blanca con un leve bronceado, su mandíbula fina, con la nariz llamada griega. El no se podría llamar es un "Dios Griego" como Raquel lo hacía con Ares.

Porqué Hugo es simple belleza, a su manera. Ante mis ojos y está bien. No sé cuándo me le quede viendo, que aparto la mirada con una sonrisa malisiosa, aún así no ocultaba el color carmesí de sus mejillas que están bañada de pecas, como su una bomba de estrellas fueran caído en el.

Muchas casualidades con las estrellas ¿No lo creen?

–Wow– fue lo que conseguí musitar, había quedado sin habla.

–¿El ratón te comió la lengua o algo?– pregunto en broma.

Mi estado de shock era muy visible, cada parte de mi temblaba ante su mirada y eso que era virtual, solo imaginen en persona, estaría muerta. Sería:

Emma Estée Lambert Müller.
Murió por causa de que el chico que le gusta la miro.0

Hice el esfuerzo de que mi mano dejará de mover el móvil debido a los nervios, claramente falle, que se me terminó cayendo por suerte no fue al piso, aún temblorosa pude apreciar que la risa se Hugo provenía de ahí, lo había notado.

No puede ser, ahora me molestara. Agarré el móvil nuevamente.

–No, no es eso. Me quedé pensando– no era tan mentira, porque si me quedé pensando de lo guapo y nerviosa que me colocaba el.

–Aja, y yo soy Iron–man.– se burlo, con un sonrisa de boca cerrada. El estaba con un buzo negro, su cabello desordenado. Y tenía la luz pagada, estaba igual que yo de iluminado con las luces LED.

Está en rojo, está modo hot. Vaya que si eres Hot, Hugo Partridge.

El se carcajeo.

No, no, no. En qué si yo no paso pena, no soy yo.

Pensé en voz alta, gran error.

Nota mental: aprender a pensar sin hablar lo que digo.

Cerré mis ojos con fuerzas, estaba segura que estaba roja ya que mis mejillas ardían, el corazón bombeaba a mil por hora. Estaba sudando.

–Ey, no te avergüences– volvió a reír, recuperando su aire, no quería ni mirarlo, yo observaba el espejo de mi habitación– En realidad estoy modo satánico, para hacerte un amarre, bebé.

Arrugue mi cara, con media sonrisa–Ignorare lo que dijiste.– porque si me hizo el amarre. – sobre lo que dijiste No tienes parecidos, aunque si algo de Louis Partridge.

Evadí el tema.

El volvió a reir, que gran melodía y verlo arrugar sus ojos quedando diminuto, su nariz colocadose roja, un hoyuelo saliendo su mejilla.

Respira, porque te gusta un chico que además de tener gran personalidad es guapo, todo en uno.

Y dudo que se fije en mi...

–Cosas de la vida, me apellido así, soy británico lo que faltó fue el nombre pero mi mejor amigo se llama así.

–Si fueras tenido ese, te pediría matrimonio– Eso, así es. Actúa normal porque con lo que acaba de decir estás muriendo por dentro.

–Me cambiaré el nombre entonces, bella.

– Me dices mucho Bella– le comenté.

El suspiro, alegre mirando a la cámara– Es por ti, de alguna manera eres tan extraña, rara, linda. Todo de ti hace lucir como ella.