Capitulo 16. Mi vida iba mejorar.

26 8 31
                                    

Enserio, todo cambio. Antes era una despechada de primera, que detestaba el amor, por culpa de mis padres. En mi no veía una relación, no veía que me pudiera gustar alguien. Todos mis días se trataba en tristeza   sigue así pero no tanto como antes. Solo la palabra “Me gustas, Emma” fue la que hizo que toda mi respiración saliera hacia afuera, con el corazón a mil, el cosquilleo en todas partes. Sentí por primera vez que el mundo se reinicio e hizo un ambiente solo para nosotros. Le gustó yo, por Dios. Pareciera que estuviera delirando, con que es posible que le gusta a alguien tal y como soy, sin necesidad de involucrar el sexo de primer lugar, sin conocerme en cara a cara, solo era una pantalla de barrera. Un simple aparato que nos hicieron conectar.

No me lo creía, tenía que procesar pero primero tenía que decirlo yo también. Me había quedado en un silencio tan profundo, pero sin tanta tensión, si no uno de sensaciones.

–Tú me gustas Hugo, me costaba decírtelo– solté, el frío de la noche acercándose me hacía temblar, mal error de no traer abrigo me iba a dar una hipotermia.

–Te costó mucho decirlo.– hablo, ya la voz sería se estaba yendo.– ¿Por qué?

–Porque me daba miedo– miedo de expresar mi sentimiento y salir lastimada.

–No tienes nada que temer conmigo, Bella. Por eso quise dar el primer paso. Estaba exactamente igual que tú– su voz era tan calmada y cariñosa, mi sonrisa tonta no salía de mi cara, quería gritar de la emoción.

–Eso lo sé, aun así me costaba. Pero ya lo dije…

Él empezó a reír, arrugue el ceño. ¿Qué coño le causaba gracia? No puede ser, y si dijo que le gustaba solo para sacarme esto. Lo mató, juro que lo mató antes de hundirme yo también.

–Disculpa– dijo calmándose – Es que me da risa como no querías decirlo, divagas mucho en tu mente.

–No te rías de mi idiota.

–Que bonita te colocas enojada – mi cara era indignación pura.

–Ni si quieras me estás viendo, además tú dijiste que no te atraía alguien, así que dude.

–Porque también tenia nervios en expresar lo que siento. Hace bastante que no me sentía así.

–Hace nunca me sentí como tú provocas eso en mí –masculle.

Todo era pasajero. Pero esto está yendo más allá.

–¿Qué te gusta de mí?– pregunto ansioso.

Tuve que contener una risita, Hugo era tierno algunas veces.– ¿A ti que te gusta de mí?– le invertí la pregunta.

–No es justo Emma, yo pregunté primero– ahora era su momento de indignarse.– Lo diré solo, escúchame bien eh, solo porque soy una buena persona que hace que tu corazón este acelerado por mí.

–No te culpo, porque yo también provocó eso en ti.

Dios mío, ¿esa soy yo? Esa Emmaly tan directa soy yo, estoy tímida ¿Vale? Pero eso no significa que sea salida en ocasiones.

Creo que es una forma de reaccionar cuando estás tan nerviosa que sientes que te vas a desmayar.

El por su parte oí su intento de contener una risa pero fue en vano porque no aguanto, yo me le uní también.

–No eres como las chicas que he conocido, no buscan una amistad solo quieren llegar a tener una relación en el preciso momento y no las conozco. Eres única a tu manera, aun así de que tengas vergüenza ahora, lo contienes y sigue siendo la misma manera que lo eres siempre. Casi huías, fui el que dio el paso pero… Siento que fuiste tú qué me hizo darlo. Eres preciosa Emma, de las dos maneras.

When we look at the stars [Actualizando Y Sin Editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora