Capitulo 14. te tengo que decir algo...

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Hugo.

Tareas, como las odio. A pesar de ir ahora a la universidad no entiendo la necesidad de mandar tanta y sobre todo cuando es online. Veo clases en línea, nada nuevo en mi día a día, desde que empezamos a viajar por el mundo por los trabajos de mis padres, mis estudios es a través de una computadora. Nada fácil.
Sin embargó agradezco que sea así en una pequeña parte, mandan de más pero la fecha de entrega no es cerca; Soy un vago, es todo.
Estaba sentado en el escritorio, que daba en la ventana a la vista a el pequeño bosque, estaba nublado como de costumbre, un helado frío entrando por ella. Pajaritos cantando pasaban por la ventana, libremente. Tratando de tomar algunos apuntes de la clase me entretenía con lo que veía en el cielo. Eran las cinco de la tarde y me quedé observando.

Cielo, sol, nubes, luna, planetas y estrellas. Estrellas, Emma.

Emma, ese nombre resonaba en mi mente cada vez que hacía algo, era lo primero que se me venía en la mente cuando algo que hayamos hablado o no, era solo ella. No sé si le pasará lo mismo conmigo, sería que tendríamos la misma conexión.
Había pasado una semana de lo ocurrido, lo ese terrible sucedido en la fiesta que ella fue. Las conversaciones eran cortas y cortantes, solo le preguntaba cómo estaba y ya. La impotencia me ganaba, no cumplió. Entiendo por parte de poder controlarse es difícil, aún así no quiere contar que fue en realidad pasa para llegar a ese límite en alcohol sabiendo que si se mezclaba con las pastillas podría causarle una reacción de los ataques que intenta controlar.

Lo peor aún que se le irá la balanza, lo que subió seis paso en la escalera se devolvió a cero.

Era feo, terrible, horroroso. Todas las palabras posible con ese concepto exista, no pude ir a verla, no podía agarrar un avión o un tren solo para llegar allá, me aterraba que me viera, como también no podía. No ser independiente de ti mismo, no es bueno, pierdes demasiado.
Pero como me volvería si me la pasé en un lugar constante, Inglaterra mi país al cual dure más no lo hice, espero hacerlo en Francia y doy por seguro que lo haré.
No me mal entienda adoro viajar pero saber que el país donde llega no lo podrás llamar hogar, no lo considera completamente de ti.
Tenía la mente hecha un lío.

-¿En qué tanto piensas, idiota?- . Una pequeña Kira apareció en el umbral de la puerta, cargaba una coleta alta así dejando ver sus ojos de varios colores y su cara llena de pecas.
Últimamente anda muy preguntona, a pesar que ella sabe casi todo. Parece bruja.

-A que ya lo sabes, pecosa.

Ella hizo un gesto como si estuviera pensando.

-A ver, espíritu de las sombras y de la luz. Díganme qué estaba pensando ahora cuya persona que veo ahora.- está loca, me está mirando fijamente a los ojos - En Emma y tarea.

Hay que bendecir la casa o mínimo llevarla a un psiquiatra.

-Deja de hacer eso, me asustas.

Ella se carcajeo, fue directo a mi cama y se acostó en ella forma de estrella.

Estrellas, joder. Emma que me hiciste.

Arrugue mi entre Trejo- Ni pienses hacer un ritual en mi cama.

Enserio, cuando le digo que anda obsesionada con la manifestación y brujería, era mucha.
Tal vez yo lo crea pero cuando ella se somete algo, por ley va salir algo de ahí.

-Primero andas estresado últimamente con todo lo que tenga que ver con tarea, y Emma es más que obvio te flecho.

Tin, tin. Es verdad. Hablo mucho de ella y más cuando me preocupe casi que le sacaba el poco ahorro a Kira, lo cual no se negó por el poder del amor, a veces se me olvida que mi hermanita tiene solo doce.

When we look at the stars [Actualizando Y Sin Editar] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora