Esos momentos... Esos momentos en los que sientes un nudo en la garganta.
En los que todo el mundo hace su vida, da vueltas a tu alrededor y tu permaneces inmóvil en tu sitio. Quieto. Solo.
Esos momentos en los que notas cómo el lagrimal se te va humedeciendo más y más. Que todo se te escapa de las manos. Que no das la talla.
Esos momentos en los que no consigues nada. En los que haces todo y más y no recibes. En los que te vas haciendo más y más pequeño hasta el punto de notas que hasta los calcetines te quedan grandes.
Notas como la tristeza te va inundando cuerpo, alma y mente.
Como se va creando una sonrisa invertida en tu cara.
Ves que ya es de noche, y que realmente no eres nada. No eres más que un ser junto con otros millones que están aquí para algo, y te preguntas "¿y para qué estoy yo?".
Inútil.
Soy inútil. ¿Para qué sirvo yo? Nada. Respirar, malgastar oxígeno. Hacer perder la paciencia a los pocos que me rodean, y molestar, sobre todo molestar.No.
No llores.
Para.
Muérdete el labio.
Pero no llores.
Respira, uno, dos, uno, dos...
Quieto.
Ya.