Cartas

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                     25 de octubre de 2015
                                                  04:28 am

Querido X:
No sé ni por qué te escribo esta carta. No sé si la leerás algún día, ni siquiera sé si tendré el valor de dártela o la encontrarás por ahí. Tampoco sé si esto ayudará en algo...
...Solo sé que, he estado viendo nuestras fotos. Es gracioso recordar cada momento como si fuese ayer, es bonito ver cómo me mirabas ignorando al objetivo de la cámara y centrándote en tu objetivo (mis pupilas).

Creo que te escribo esto porque te echo de menos, y sí, pensarás que me arrepentiré; y no, no me arrepentiré. ¿Por qué me iba a arrepentir? Cuando alguien hace algo por su propia voluntad, lo hace porque quiere, porque realmente en ese momento es lo que desea o necesita. Y en este momento debo decirte que te echo de menos.
¡Se acabaron las complicaciones! No quiero seguir callándomelo todo, ahogando mis palabras en silencios, dejándote como tú me dejas a mí siempre: con ganas de saber qué pienso. Porque siempre andas preguntándome qué pienso, de todo o de nada, de ti y de mí o de nosotros.
Pero nunca me dices qué piensas tú, qué sientes u opinas. ¡Nunca, y eso cansa!

Me gustaría besarte una vez más, una última vez, y comprobar que tus labios siguen siendo igual de tímidos, suaves y perfectamente acordes a los míos.
O abrazarte, teniendo que ponerme de puntillas para rodearte con los brazos el cuello y pegarme a ti cual uña y carne...

Y quién sabe,
quizás escribirte esto sí me ha ayudado,
quizás encuentre el valor para darte esta carta (en mano).
Quizás pueda seguir siendo abierta contigo y tú empieces a expresarte conmigo,
quizás no todo está perdido
y pueda besarte
y que me abraces.
Y me digas que tú también me has escrito...

FríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora