Vodka

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Podría estar ahora mismo fuera de mi casa pasándomelo bien, haciendo cosas útiles y sin más complicaciones que las de querer hacer algo
Pobrecilla
Hace tiempo que todo eso lo cambié por mi botella de vodka y mi sillón con los cojines oliendo a lágrimas y enfados, a risas tristes y gritos ahogados.

Hace tiempo que cambié los vestidos de flores por pantalones sueltos, y las camisas con cuello alto por sujetadores, sin más, ya que aunque me haga frío mi fiel compañera me hace entrar en calor.
Me has hecho ver que no te necesito, cierto. Igual que tú sólo te necesitas a ti mismo (y en menor medida, al tabaco) yo ni siquiera me necesito a mi misma, con tener un sitio donde escribir y algo que me embriague, puedo seguir.

Es curioso como no siendo yo puedo expresarme mejor que yo misma. A pesar de no poder caminar, y de reírme aunque sólo tenga ganas de partirte la boca, mi mirada alcoholizada dice más que mi mirada sobria.
Porque cuando solía estar realmente normal, me alcoholizaban tus pupilas, con esas botellas de "no te voy a hacer daño" o los chupitos de "te quiero". (Esos sí que eran fuertes)

FríoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora