"Quiero crear arte."- me digo a mí misma.
Quiero coger un lápiz, un lienzo y expresarme, soltar todo lo que llevo dentro y dar todo el potencial que puedo dar.
De eso se trata, de expresarse.
El arte es expresarse, el arte son sentimientos.
El arte no son cuadros, ni esculturas, ni catedrales. El arte son sentimientos de personas (genialidades) que dieron todo lo que tenían.
No pretendo ser una genialidad, pretendo dar todo lo que soy.
Quiero crear arte.
Poder llegar a plasmar en algún sitio a mi yo interior.
Pero de repente llegas y todo cambia.
Paso de coger mis tizas de colores azules, negros y blancos, cambiándolos por tonalidades marrones llegando al color miel de tus ojos, difuminándolos intentando dar la sensación de cariño con el que me miras (o pienso que me miras).
Quiero crear arte.
Pero este es un nuevo arte
Va más allá de plasmarlo y que todo el mundo lo vea. Este arte lo quiero ver yo sola. Este arte quiero que sea especial.
Es diferente a la percepción cotidiana del arte. Este arte es personal.
Ves un cuadro y nada más que con los ojos, te cautiva.
Mi arte personal lo veo y cautiva. Sólo yo veo su belleza en todo su esplendor, iluminando mis pupilas con gracia y sin descanso.
Mi arte personal lo toco y me fascina. La sensación de tocar parte del arte y que el arte me toque llenando mi persona de sentimientos, todo más allá de lo físico, esa sensación no podría compararse ni con la más suave caricia en la espalda.
Mi arte personal es persona.
Mi arte personal tiene nombre y apellidos, tiene ojos marrones con tonalidades miel; tiene piel, boca y manos, las cuales se juntan con las mías, creando así una unión física y moral.
Mi arte personal es para mí, puesto que sólo yo puedo ver los sentimientos que plasma en sí mismo, y que me transmite simplemente con sentirlo.
Quiero crear mi arte
O que el arte me cree a mí.
