The Witch

Capítulo 27 - Guerra

Ya han pasado los 4 días que nos dijo Alice, ahora mismo estamos en el prado esperando a los neófitos.

Estoy bastante nerviosa, nunca he peleado a cuerpo contra un vampiro, y menos contra un neófito.

Tengo claro que no quiero perder a nadie. No perderé a nadie, los protegeré con mi vida si eso es necesario.

Pero... ¿Cuantas guerras más me quedan?

Elena: ¿Cuánto falta?

Alice: vienen ya...

Y justo aparecen los neófitos pero... ¿Y Victoria?

Ahora no tengo tiempo para buscar a Victoria, tengo que pelear.

Hago contacto visual con un mortifago, Fenrir Greyback, pensaba que estaba muerto...

Todo el ejercito comienza a correr hacía nosotros.

Greyback: ¡Sectumsempra!

Se me crea un corte en la barriga, sale sangre, pero en cuestión de segundos se cierra la herida, ventajas de ser una híbrida.

El mortifago me mira sorprendido, yo le dirijo una sonrisa diabólica.

Greyback: voy a acabar ya contigo Potter.

Elena: oh, ya quisieras.

Los dos pronunciamos a la misma vez el hechizo Avada Kedavra. Rayos de color salen de nuestras varitas y conectan, pero el rojo le va ganando al verde.

Su varita empieza a temblar y se parte en pedazos, dejándola echa astillas. La maldición asesina le da de lleno y lo mata.

Un neófito intenta atacarme por la espalda, pero yo salto en el aire y me posiciono delante de él.

Viene corriendo hacia mi, yo lo esquivo, lo cojo del cuello y se lo arranco.

Un grupo de 4 neófitos me acecha, estoy en un pequeño aprieto.

Emmett viene a mi ayuda y mata a dos neófitos, mientras yo mato a los otros dos.

Emmett: me debes una tarde entera de videojuegos.

Elena: eso está echo.

Un mortifago me intenta atacar con un hechizo de agua, pero yo invoco una llamarada de fuego y lo envuelve a el.

El fuego le gana al agua.

Alguien invoca serpientes y estás me rodean. Les hablo en parsel y se van.

Harry: cuando matamos a Voldemort ya no pude volver hablar parsel.

Elena: yo aún puedo, es una habilidad que tengo seguramente desde que nací y no desde que era un horrocrux.

Seguimos peleando hasta que siento cómo alguien me ataca por la espalda.

X: ¡Crucio!

Me giro cómo puedo y veo al padre de Draco. Caigo al suelo retorciendome de dolor, esto es cómo una transformación a vampiro.

Aprieto los puños de mi mano hasta hacerme sangre intentando que el dolor disminuya, pero no es así.

Lucius: terminaré la tarea del señor tenebroso.

Se me caen una cuantas lágrimas, esto es insoportable.

Draco me ve y viene corriendo a ayudarme.

Draco: ¡Fluctus!

Una onda de energía le da al padre de Draco y sale volando.

Draco: ¿Estás bien?

Elena: me has salvado la vida...