La visita

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Era Jueves por la noche, las visitas no eran accesibles aquel día. Pero, desde luego, eso no le importó en lo absoluto a Terra.

Llegó a la recepcionista -Buenas noches, como puedo ayudarla?-

-Blake Gardener, donde?-

-Lo lamento señorita, la joven Blake no recibe visitas sin la autorización del señor Lupin, además, hoy es Jueves, si desea verla, deberá ser el día Miércoles-

-No te dije que quería verla, te dije, en donde?-

La recepcionista se extrañó al notar la insistencia de la joven

-Solo quiero saber su habitación, su amiga Hermione no recuerda el cuarto y el siguiente Miércoles le gustaría venir a visitarla, le dije que vendría por aquí a hacer unas cosas y que podría preguntar por su habitación y el como estaba, eso si puedo saberlo, no?- Ella levantó una ceja.

La recepcionista suspiró aliviada al oír el nombre de la famosa Hermione Granger y asintió repetidas veces -Está en la habitación 09, sobre su estado, ella se encuentr....-

-No me interesa, linda- Terra sacó su varita, La recepcionista se asustó y trató de buscar la suya, pero Terra era más rápida. -Obliviate!-

Después de aquello, la recepcionista cayó inconsciente para después de unos momentos ponerse de pie y sonreírle felizmente a Terra -Buenas noches! Que hermosa noche! Qué necesita?.... Espere... ¿Dónde estamos?-

-No lo se, por qué no te vas a casa?-

-Si!... donde vivo?-

-Cómo voy a saberlo?, ya vete-

La recepcionista asintió varias veces animada y se marchó a gran velocidad de San Mungo.

Blake la observó hasta que desapareció, después, dio media vuelta y se dirgió hacia la habitación 09.

Pasó por varias habitaciones hasta que llegó. Se asomó por la pequeña ventana que la puerta tenía.
Pudo ver Lupin. Se le hizo extraño, pues ya era algo tarde para seguir en San Mungo.

Se escondió lo más que pudo, pero aun así, era capaz de observar y escuchar un poco.

-Leche, Chocolate amargo y tus pastillas- Lupin cargaba con unas grandes ojeras, pero aun así, conservaba su gran sonrisa paternal que se le formaba cada vez que miraba a Blake.  -Recuerdas el trató, verdad?  yo solo te daré este chocolate, si tomas tu medicina- Lupin se sentó al lado de ella, quien hacia olas con las manos y columpiaba sus pies, ni siquiera parecía haberle puesto atención a Lupin. -Blake?-

Blake volteó su cabeza hacia Lupin, pero miraba al piso.

Lupin le extendió un chocolate y tres píldoras a Blake. Terra, quien seguía afuera, miraba con curiosidad desde el otro lado. -Chocolate por medicina, hecho?- Lupin la miraba con tanto cariño. Y de ahí se entendía el porque de sus ojeras.
Se quedaba hasta tarde cuidando de ella.

Blake seguía mirando al piso, pero tomo las píldoras de la mano de Lupin en un movimiento, pues no toleraba el contacto humano.

Tomó la pastilla, después un gran tragó de leche y lo repitió dos veces más. Después tomó el chocolate y corrió lejos de Lupin a hacerse bolita a una esquina de la habitación, temblando y mirando de reojo a Lupin. El suspiró cansado y triste. Se levantó de la cama, la miró una vez más y se marchó.

Al salir por la puerta no había nadie, el pasillo estaba desierto. Se quitó la bata y se alejó de ahí, listo para volver a casa.

Cuando se había alejado, Terra salió de su escondite, miró a todos lados. No había ni una sola persona y eso era oportuno para ella.

The Ginger's ShadowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora